44 AÑOS AL SERVICIO DE LA CULTURA

Artes Plásticas | Exposiciones

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A 18 MINUTOS DEL SOL
Con curaduría de Javier Villa y Marcos Krämer, A 18 minutos del Sol recorre el territorio argentino, desde el Chaco salteño hasta la Patagonia, con trabajos de más de cien artistas argentinos, contemporáneos e históricos, tanto de raíces culturales indígenas como occidentales, para entender cómo es el mapa que creamos, desde el sur, con el fin de acercarnos a las estrellas y sus reflejos y construir una historia decolonial de los cielos. ¿Podemos utilizar nuestra relación con el cielo para desandar los relatos coloniales? El curador de la exposición, Javier Villa, nos dice: “La exploración humana del cielo abrió interrogantes sobre ese espacio que no debería tener dueños, pero que puede ser conquistado por grandes corporaciones: ¿con qué medios contamos para acceder al cosmos?, ¿el espacio exterior a nosotros mismos puede funcionar como un espejo para vernos desde afuera y re-imaginarnos social y políticamente?, ¿qué aportes sustentables e imaginativos a la exploración podemos ofrecer desde el Sur?” Silvia Gurfein. Deleuze, 2013. Óleo sobre tela Para responder a estas preguntas, A 18 minutos del Sol se abre al espacio exterior a partir de las imágenes artísticas desde tres perspectivas diferentes e interconectadas: la ciencia, las cosmologías indígenas y la espiritualidad.  En torno de cada uno de estos centros de interés orbitan diversos artistas argentinos de territorios y generaciones distintas que establecieron conexiones profundas con las cosmovisiones del cielo, desde perspectivas y objetivos propios. La primera sala se centra en la perspectiva indígena del cielo y la Tierra y su sistema de interrelaciones, de ascenso y descenso, de reflejos e inversiones. No sólo presenta mitos y modelos ancestrales del cosmos, sino también sus relaciones con el territorio y sus conflictos: genocidios, desmontes, incendios. La segunda sala, nos presenta utopías y distopías, donde raíces artísticas latinoamericanas y europeas dialogan con los lenguajes universales de la abstracción y sus conocimientos científicos y espirituales, y presenta imaginarios donde se expone la divulgación popular de la conquista del espacio durante la Guerra Fría y la amenaza del actual extractivismo corporativo tanto en la Tierra como en el espacio. Artistas participantes: Erik Arazi, Nicolás Bacal, Gonzalo Beccar Varela, Antonio Berni, Diego Bianchi, Erica Bohm, Martha Boto, Manuel Brandazza, Adriana Bustos, Colectivo Cabezudxs, Feliciano Centurión, Mauricio Cerbellera, Elda Cerrato, Germain Derbecq, Sebastián Diaz Morales, Diana Dowek, Faivovich & Goldberg, Beatriz Ferreyra, Pauline Fondevila, Lucio Fontana, Raquel Forner, Gertrudis Frischenschlager, Daniel García, Carlos Luis García Bes, Maia Gattás Vargas, Noemí Gerstein, Sebastián Gordín, Víctor Grippo, Diego Gravinese, Alberto Greco, Silvia Gurfein, Miguel Harte, Alberto Heredia, Alicia Herrero, Alfredo Hlito, Agustín Inchausti, Enio Iommi, Gyula Kosice, Fernanda Laguna, José Luis Landet, Benito Laren, Daniel Leber, Lux Lindner, Raúl Lozza, Lea Lublin, Víctor Magariños D., Liliana Maresca, Juan Melé, Sebastián Mercado, Estanislao Mijalichen, Mauro Millán, Emiliano Miliyo, Ad Minoliti, Eduardo Molinari, Eduardo Navarro, Héctor G. Oesterheld, Ogwa, Martha Peluffo, Alicia Penalba, Andrés Pereira Paz, Emilio Pettoruti, Duilio Pierri, Alberto Pilone, Micaela Piñero, Rogelio Polesello, Marcelo Pombo, Emilio Renart, Francisca de los Reyes, Ingrid Roddick, Federico Roldán Vukonich, Christian Román, Hernán Salvo, Damián Santa Cruz, Rubén Santantonín, Mario Scorzelli, Francisco Solano López, Xul Solar, Cecilia Sosa, Grete Stern, Axel Strachnoy, Diana Teira, Julián Terán, Colectivo Thañí/Viene del monte, Andrés Toro, Joaquín Torres García, Rodrigo Túnica, Adrián Unger, Georges Vantongerloo, Gregorio Vardánega, Mariano dal Verme, José Villalonga, Wüsüwül Wirka A Pana, Osías Yanov, Yente.   *A 18 minutos del Sol lleva el título del disco de Luis Alberto Spinetta y hace referencia a un punto del espacio más alejado de la Tierra, entre Marte y Júpiter. La muestra integra el programa anual de exposiciones del Moderno, El arte, ese río interminable.   Imagen: Christian Roman. Detalle de (Á)ngel - Tríptico S.A.B de la serie “Guía angelical”, 2022-23, lápices y lapicera sobre papel. ​​​​​​ Del 3 de junio al 31 de julio. Puede visitarse lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19; sábados, domingos y feriados de 11 a 20. Martes: cerrado.  Entrada general: 50 pesos para visitantes residentes en Argentina. Miércoles: entrada gratuita para público general.  Museo de Arte Moderno (San Juan 350).
ACRILIA: UNA EXPOSICIÓN DE Ana Rascovsky
Una serie de instalaciones, desplegadas en el espacio en mesas y paredes, agrupan maquetas realizadas en acrílicos cortados con láser que forman escenas conectadas entre sí con una fábula como narrativa que el espectador va a explorar a medida que recorre la sala. Los visitantes descubrirán que Acrilia está integrada por  escenas mágicas y tenebrosas donde adentrarse: Bosque encantado, Bruma, Migraciones, Inundación, Circo, Zoológico, Parque de diversiones, Trampa y Fiesta de Hongos. Personajes de la fábula pequeños y minuciosos serán presentados al visitante de manera inusual. La fábula, escrita por la artista, es el hilo conductor que guiará el recorrido. Acrilia da visibilidad a casi medio centenar de obras, dispuestas en el Centro Cultural, una propuesta contemporánea que permite a los espectadores bucear en el trabajo de Rascovsky y también hacer nuevas lecturas sobre la obra de Borges en el contexto de esta conversación. Las obras que conforman ACRILIA son realizadas con sobrantes, retazos y descartes de acrílico que la empresa Paolini le cede a la artista. Ella, con cautela, minuciosidad y aprovechando al máximo cada centímetro del acrílico, se inserta de este modo en la cadena de producción como un engranaje más. Asimismo Rascovsky, reutiliza su propio sobrante para la realización de talleres o los propios negativos de sus obras; y, por último; el sobrante final lo restituye a la empresa para su reciclado. La exposición tiene como objetivo mostrar los hallazgos descubiertos durante la expedición Ataraxia, dirigida por la eminente científica Dra. Lina Schultz, en las remotas cuevas de Kavac, ubicadas en el norte de Venezuela. Los especímenes de Acrilii expuestos en esta muestra representan la última descendencia de una civilización extinta que se desarrolló en la región entre los años 2000 y 2020: Acrilia. Estos especímenes- los Acrilii- de los cuales se han descubierto 216 ejemplares del mismo reino (Animalia), presentan una variación sin precedentes en su clase.   Como bien señaló el destacado zoólogo japonés, Dr. Hiroshi Nishioka, «los Acrilii son animales complejos, que presentan una estructura única en el reino animal. Cada uno de ellos está conformado por piezas individuales, lo que les confiere una identidad propia y particular, ya que logran redefinirse al separar sus partes». Este aspecto ha sido objeto de estudio por parte de diversos científicos, quienes han analizado la morfología y la anatomía de estos animales, así como sus interacciones con el entorno. Durante la expedición se encontraron, junto con estos especímenes, una gran cantidad de documentos gráficos y escritos, entre los que se incluyen planos, textos y bocetos que permitieron reconstruir la historia de dicha civilización. Este proceso fue llevado a cabo por un equipo de profesionales, que colaboraron en la elaboración de esta exposición.  La exposición ofrece una narración de la historia de la civilización de Acrilii, incluyendo sus cuentos, personajes, creencias, sonidos y detalles que conformaban su cultura. Asimismo, se complementa con un sitio web – acrilia.net- donde se alojan los Documentos Encontrados y demás material obtenido en la expedición. En resumen, esta exposición ofrece una fascinante mirada sobre una civilización extinta y sus especies, proporcionando información sobre su entorno y hábitat, destacando su importancia en la comprensión de la evolución y adaptación de las especies a su entorno.   Del 18 de mayo al 10 de agosto. Puede visitarse de miércoles a domingo de 14 a 20. La entrada es gratuita y no requiere reserva previa. Centro Cultural Borges (Viamonte 525).   Fuente: Patricia Ludueña, Prensa y Comunicación Institulciona del Centro Cultural Borges. 
AHORA ME DOY CUENTA QUE ERAN AUTORRETRATOS
Una  de muestra de Ernesto Ballesteros que reúne las series de dibujos Algo en el espejo opaco y Retratos. Dice Marcela Sinclair en el texto que acompaña la muestra:  Después del choque mandó pintar el tanque de la moto con un ying yang. Está bueno porque lo adaptaron a la forma del tanque, y casi no lo distinguís en la primera mirada. Después de que lo viste una vez, ya está ahí desde siempre, con la curva sinuosa en la parte de arriba separando y conectando el blanco y el negro, con un óvalo del color opuesto en cada costado.... Horas con los anteojos puestos tejiendo al crochet. Como son restos de ovillos hechos de sweaters destejidos, tiene una paleta impensada. Elige un color, le va pegando otro, una lana suave y peluda al lado de otra más gruesa, en combinaciones a veces sutiles, a veces estridentes. Mira los colores bien de cerca y se deja impresionar. Dice que tiene que dejar que las cosas la toquen....Llegan al laboratorio, preparan el material y luego se abocan a la observación en microscopio hasta la pausa para almorzar. Cada cual analiza unas cien placas por día. Entro para renovarles el agua del termo y cada tanto espío esas miniaturas que se mueven apenas entre dos vidrios. Por la ventana entra la luz que viene del parque del hospital. Los árboles la filtran dulcemente.   Del 7 de junio al 15 de julio. Puede visitarse de martes a sábados de 14 a 19 Ruth Benzacar (Juan Ramírez de Velasco 287).  
ALBA INCIERTA
Un recorrido por la intimidad de lo cotidiano. Una muestra de la artista Carolina Antoniadis, una destacada referente del nuevo decorativismo, exponente de la defensa de las mujeres de los años 80 y 90. El título de la exposición, curada por Florencia Qualina, alude a un fragmento de un poema de Pier Paolo Pasolini y es una revisión de los primeros trabajos de la artista, que trae al presente con nuevas pinturas hechas especialmente en las paredes, replicando algunos motivos de los cuadros. Ocho obras en distintos formatos realizadas entre los años 1987 y 1991, son colgadas en el marco de estas nuevas ambientaciones, subvirtiendo la clásica relación fondo-figura, donde las paredes, que forman un todo con la obra, se transforman así en el fondo de la misma. “Las pinturas de las paredes son un eco de las pinturas históricas; traen al presente de manera exagerada texturas que conforman la obra y las amplifican, transformando el espacio en una suerte de gran living”, expresa la artista y continua; “es una exposición con cierto contenido poético, una intermitencia en el tiempo, entre el pasado y el presente. Siempre con la permanencia de lo ornamental, que me constituye y acompaña desde mis comienzos, en un ambiente cotidiano íntimo, que actúa como un refugio frente a la incertidumbre y la hostilidad exterior”, revela la artista”.

     

La obra de Antoniadis fue pasando por varios procesos de transformación a lo largo de su carrera. Como rasgo general, la obra se sitúa en un espacio donde conviven la pintura y lo decorativo, límites que la misma artista se encarga de hacer imprecisos. Durante la década de los ochenta, su pintura de interiores domésticos, con planos rebatidos, telas estampadas, distorsiones en la imagen como si fueran vistas a través de una lente "ojo de pescado" y el dominio del color, sin duda daban cuenta de su pasión por la obra de Henri Matisse. “Son obras que hablan de mi casa familiar de la intimidad de lo cotidiano , de rescatar esos momentos de la vida comunes , de detener el tiempo en esos objetos que nos acompañan diariamente; de posar la mirada en lo más simple  de una casa : la mesa,  el final de un brindis en chin chin obra de 1987, de  una canasta con frutas pero con un fondo grafico de lunares negros sobre fondo amarillo que contrasta con la pintura central con tono más expresionista , maniquíes con prendas decorativas que refieren a la moda al diseño”, concluye Antoniadis. Paulatinamente, la artista fue incorporando en su obra cada vez más lo ornamental y decorativo, en una clara alusión a los pintores vieneses del art nouveau, en particular a la obra de Gustav Klimt, visibles en las ropas, en telas ricamente decoradas u objetos de uso interior ornamentados. La ropa y la moda ocupan un rol central, visible en kimonos japoneses con profusos estampados florales, trajes de novia con encajes y puntillas o ropa interior, donde la artista juega con el significado de la palabra “interior”, aplicado tanto a la ropa interior, como a los órganos interiores del cuerpo humano. El humor y la ironía están siempre presentes.   Del 8 de junio al 18 de agosto. Calvaresi (Defensa 1136).
ALFREDO HLITO. UNA TERCA PERMANENCIA
El Museo Nacional de Bellas Artes inaugura la exposición Alfredo Hlito. Una terca permanencia, que reúne en las salas 37 a 40 del primer piso más de un centenar de piezas creadas en las últimas décadas de producción del artista argentino, con curaduría de la especialista María José Herrera. La exposición gira en torno a la “efigie”, personaje icónico en la producción de Hlito (Buenos Aires, 1923-1993), que cobró protagonismo en pinturas, dibujos y textos creados desde la década de 1960 hasta sus últimos trabajos. En artículos, ensayos y notas personales, Hlito ‒uno de los fundadores de la vanguardia del arte concreto argentino en los años ‘40‒ reflexionó acerca de las condiciones de la práctica pictórica, el arte argentino y el internacional. Hacia 1964, luego de haberse preguntado por el “tema” en la pintura, la relación entre arte y literatura, y los límites de la representación, un personaje ‒ambiguamente figurativo‒ surgió en el seno de su imagen, hasta entonces abstracta: lo llamó “efigie”. Por entonces, Hlito vivía en México y, desde aquel momento, ese protagonista ficcional que dibujó una y otra vez, que mutó con los años, al que le hablaba y le escribía, al que amaba tanto como odiaba, lo acompañó como “una terca permanencia” hasta el final de su trayectoria. “Puedo verte, Efigie, a través de muros opacos y calles ruidosas. Tranquila y como acechante, me aguardas”, anotó para sí mismo en su diario, en 1977. “En 1987, el Museo Nacional de Bellas Artes organizó una muestra retrospectiva de la obra pictórica de Hlito ‒expresa el director del Museo, Andrés Duprat‒. Hoy, en el centenario de su nacimiento, el Bellas Artes le dedica una nueva exposición, donde se reúnen por primera vez obras, bocetos y textos concebidos bajo el signo de la ‘efigie’, que conformó uno de los períodos más originales de su producción”. Por su parte, Herrera explica: “Esta exposición se vale de las diferentes instancias visuales que Hlito produjo (pinturas, dibujos, textos) para narrar el devenir de su propia mitología de seres de ficción que, no obstante, simbolizan creencias sagradas y profanas de todos los tiempos y culturas. Una cosmogonía de la humanidad que se nutre de los temas y estilos de la historia del arte universal. Símbolos, arquetipos, intuiciones existenciales y premoniciones nos acercan al proceso creativo de un artista en permanente autoanálisis de su práctica y con un oído muy cercano a su inconsciente”.   Puede visitarse del 28 de julio al 15 de octubre de martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita. Salas 37 a 40 del primer piso del Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473).

EL ARTE ACTUAL 2021

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