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ECOS DEL TIEMPO
Muestra de arte “Ecos del tiempo” obras de Graciela Zar. Dice Rosa Aiello: "Un universo en el que se conjugan obras ejecutadas con diversas técnicas gráficas -aguafuerte, monotipo, estarcido, impresión digital - unidas al collage, es el que Graciela Zar despliega en esta muestra. La propuesta interpretativa se articula en base a un contrapunto de núcleos figurativos (postales, fotografías) que aparecen ya sea como recuerdos organizados o como piezas significativas fragmentadas manteniendo, en ambos casos, una interacción dinámica con los fondos. Conceptualmente la integración de la tarjeta postal nos remite a su interés por la comunicación y los afectos. Se comparten imágenes y sentimientos. Zar enfatiza la presencia de planos gestuales que no ofician como soportes escenográficos sino que interactúan sólidamente con las imágenes focales insertas en ellos, creando una potente unidad estructural en la representación".
Graciela Zar es Profesora Nacional de Grabado y Dibujo, 1967. Expone individualmente desde 1969. Hacia 1985 integra el Grupo 6 de grabado experimental. Actúa como jurado en salones nacionales y municipales y ha dictado cursos de grabado en el país y en el exterior. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Entre otros, ha obtenido el Premio Bienal Guillermo Facio Hebequer, otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes, 1975; Beca Francesco Romero, perfeccionamiento de Grabado en Roma, Italia, 1978; Gran Premio de Honor de Grabado del Salón Nacional, 1986; Premio Konex, Diploma de Honor en Grabado, 1992; Primer Premio de Grabado del Salón Municipal, 1994; Premio Único de Monocopia del Salón Nacional, 1995; Primer Premio de la Bienal de Grabado arteBA 2002; Primer Premio de Grabado, Salón Nacional de Santa Fe, 2006.
Ultimas exposiciones individuales: 2017 Museo Benito Quinquela Martín. Buenos Aires; 2014 Museo Fundación Catedral de la Plata; 2001 Fondo Nacional de las Artes. Centro Cultural Recoleta. Buenos Aires; 2001 Galería Argentina. Embajada Argentina en Paris, Francia; 2000 Museo de Arte de Rio Grande do Sul Ado Malagoli. Porto Alegre, Brasil y 1993 Museo de Arte Moderno. Santo Domingo, República Dominicana.
Participa regularmente en numerosas muestras colectivas y bienales internacionales: 2015 Imaginarios presentes/Imaginarios futuros. Casa del Bicentenario; 2012 Discursos Gráficos. Fundación Osde. Buenos Aires; 2009 L’Arte e il Torchio/Art and the Printing Press. Cremona, Italia;2007 81st Exhibition of Kokuga-Kai, Print Art of Kokuten. Japón; 2006 International Triennial of Graphic Art. Bitola, Macedonia y 2005 Maneras de la Poesía. Fundación Klemm. Buenos Aires, Argentina.
Sus obras figuran en la Academia Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina; Museo de Gráfica Contemporánea de Fredrikstad, Noruega; Universidad de Salamanca, España; Galería Nacional de Praga, Checoslovaquia; Instituto de Cultura Puertorriqueña, Puerto Rico; Grafoteca de Berlín, Alemania; Museo Wilfredo Lam, La Habana, Cuba; Museo de la Universidad de Essex, Inglaterra; Academia de Bellas Artes de Pekín, República Popular China; Museo de Arte Moderno de Mendoza, Argentina; Banco Interamericano de Desarrollo, Washington D.C., EEUU; Colección Citibank, Buenos Aires, Argentina; Embajada Argentina en Paris, Francia.
Imagen: Paisaje en reposo, Impresión Giclée
Del 9 al 29 de agosto. Puede visitarse de lunes a viernes de 10 a 20.
Banco Ciudad Caja de Cristal (Florida 302).
EDUARDO GROSSMAN: NUEVA ANTOLOGÍA
Una muestra de fotografías de Eduardo Grossman con la curaduría de Ataúlfo Pérez Aznar, Esta exposición reúne una minuciosa selección de fotografías realizadas por el autor en sus más de 50 años de trayectoria. Nos propone un recorrido que abarca desde sus comienzos en el año 1972 a la actualidad. En esta exposición, que además está acompañada por la edición de un libro, bajo el mismo nombre, podemos apreciar tanto las obras más emblemáticas del autor como otras numerosas imágenes que habían permanecido inéditas hasta la fecha. Retratos, Viajes, Buenos Aires, Periodismo, Album familiar son algunos de los ejes que componen la exposición, siempre atravesados por el hilo de la mirada singular de Eduardo Grossman.
Foto: Procesión de Corpus Christi en Plaza de Mayo, 1973.
Hasta el de 24 de agosto . Puede visitarse de martes a viernes 14 a 20 y sábados de 15 a 19. Domingos y feriados cerrado.
ArtexArte (Lavalleja 1062).
EDUARDO SÍVORI. ARTISTA MODERNO ENTRE PARÍS Y BUENOS AIRES
El Museo Nacional de Bellas Artes inaugura el 28 de septiembre a las 19, en el Pabellón de exposiciones temporarias, “Eduardo Sívori. Artista moderno entre París y Buenos Aires”, la primera muestra antológica que la institución dedica a uno de los pioneros del arte argentino, con curaduría de las especialistas Laura Malosetti Costa y Carolina Vanegas Carrasco.
“Esta exposición es producto de la exhaustiva investigación de un equipo interdisciplinario coordinado por las curadoras del proyecto ‒afirma el director del Museo, Andrés Duprat‒. La labor de Malosetti Costa y Vanegas Carrasco, comprometida con echar luz sobre los relatos y los sucesos que fundamentaron un incipiente arte moderno nacional, ha hecho posible que el Bellas Artes presente al público esta retrospectiva de Sívori, la primera que tiene lugar en nuestro país desde la exposición póstuma dedicada a su figura en 1919”.
“En esta muestra ‒explican las curadoras‒ nos hemos propuesto reunir la obra pictórica y gráfica de Eduardo Sívori (1847-1918), toda la que hemos hallado hasta ahora, con el propósito de dar inicio a una catalogación razonada de la vasta producción de esta destacada figura, a quien se conoce apenas por algunos grandes cuadros como ‘Le lever de la bonne’ (El despertar de la criada), con el cual suscitó el primer escándalo artístico en Buenos Aires, en 1887”.
Según las especialistas, Sívori fue quien desplegó una producción artística más amplia y sostenida entre los primeros modernos argentinos. Era el único que había viajado a Europa a comienzos de la década de 1870 y que, al regresar, compartió con sus jóvenes amigos las ideas acerca de la modernidad artística francesa y la pintura al aire libre. Constante y profesional, envió obras a todos los salones parisinos durante su estadía en la capital de Francia y expuso en cada salón argentino, desde su regreso a Buenos Aires hasta su muerte.
Dedicó su vida no solo a la creación de un arte nacional, sino también a la enseñanza, la conformación y el sostén de instituciones artísticas. Además de fundar la Sociedad Estímulo, participó en la organización de las exposiciones del Ateneo, y fue un actor clave en la creación del Museo Nacional de Bellas Artes, la nacionalización de la Academia de Bellas Artes y la organización de los Salones Nacionales de Artistas desde 1911. Fue también pionero en la introducción del grabado al universo de las bellas artes y de su inclusión en los programas de enseñanza artística en el país.
“Hemos dividido esta amplia exposición en cinco secciones con un orden que, si bien no es estrictamente cronológico, permite seguir el hilo de los intereses, las líneas de reflexión, los ideales estéticos, las redes de afectos y la trascendencia de este pintor singular de la historia del arte en la Argentina”, agregan Malosetti Costa y Vanegas.
Integran la muestra cerca de 200 obras, fotografías, documentos y objetos personales provenientes de colecciones públicas y privadas, entre los que se cuentan pinturas, dibujos, acuarelas,
gouaches, grabados y afiches creados por Sívori y algunos de sus discípulos.
“Entre las piezas reunidas, pueden verse los paisajes que realizó tempranamente, las pinturas naturalistas y de crítica social del período parisino, las numerosas representaciones de la pampa argentina y los retratos que dedicó a sus afectos”, detalla Duprat.
“Otra sección de esta muestra se propone destacar el modo en que Sívori ejerció de maestro de la generación siguiente, así como su rol de pionero en la revitalización del arte nacional a través de la introducción de técnicas en ese momento ausentes en nuestro medio”, completa el director del Museo.
Hasta el 4 de febrero de 2024. Puede visitarse de martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita.
Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473).
EDUARDO STUPÍA: SIMULACROS
Esta muestra reúne obras recientes de diversos formatos y soportes.
Sobre un conjunto de lienzos horizontales y verticales y de papeles de reducidas dimensiones se desarrolla un ansioso contrapunto de tramas, trazos, derrames, transparencias, superposiciones, texturas, rastros, salpicaduras. El agitado discurrir de una profusa terminología gráfica ofrece a la lectura adicta un territorio de signos que actúan como si asumieran un rumbo de evidencias vocacionalmente nominativas, allí donde sólo fingen hacerlo.
En una desarmonía de factores tan físicos y táctiles como artificiales e inasibles, fingidas adhesiones a los restos óseos de la referencia proveen minúsculos destellos de certidumbre. Son espejismos en un mundo de objetos visuales que sólo se parecen a sí mismos, mientras amagan su semejanza con las infinitas cosas almacenadas en el bazar de lo inexistente.
En tanto simulacros sin modelo,representan lo que no son y avanzan solamente a partir de similitudes, en las derivaciones necesarias para extraer de las retóricas del género apenas el vestuario requerido para ser algo, o alguien, sin serlo. Y la mirada no tiene mas remedio que ser cómplice de esta polaridad falsamente especular, en cuyos tácitos extremos sobreviven los dilemas de la forma y el sentido, la materia y la idea, la imagen y el arquetipo.
Del 29 de marzo al 31 de mayo.
Puede visitarse de lunes a viernes de 15 a 19.
Jorge Mara-La Ruche (Paraná 1133).
EL APRENDIZAJE INFINITO
Una exposición que otorga reconocimiento a artistas maestros de Argentina y pone en diálogo la tradición histórica de la enseñanza de las artes y los proyectos experimentales de las últimas décadas.
El aprendizaje infinito se centra en las experiencias desarrolladas en la Argentina entre los siglos XX y XXI, impulsadas por artistas, educadores, pedagogas pioneras y proyectos de democratización del saber, organizados desde las instituciones y sus márgenes, con una misma raíz igualitaria, experimental y transformadora.
Su curadora, Jimena Ferreiro, quien trabajó en colaboración con Alfredo Aracil, explica: "hubo un trabajo muy estrecho entre las áreas de Curaduría y de Educación que hizo posible este proyecto, relacionado con el llamado “giro pedagógico” de los 2000, que es una manera de pensar la producción del conocimiento al interior de las instituciones en situación de paridad: no solo piensan los curadores y los educadores ejecutan, sino que el proceso es solidario, recíproco y colaborativo. La misión del sistema educativo es imaginar vidas en mejores condiciones. Esto coincide con la dimensión utópica de la práctica artística. Arte y Educación tiene una misma raíz comunitaria e igualitaria que apuesta a la transformación social."
La exposición se desarrolla en las salas A y B de la Planta Baja del museo. La sala A gira en torno a nuevos paisajes para los aprendizajes. En ella se pueden ver obras de Diana Aisenberg, Amalia Pica, instalaciones como la recreación de un museo popular con las máscaras de Tomás Espina, y pinturas para hacer picnics de Marina De Caro de la serie Tierra de las emociones perdidas. La Sala B despliega casos que problematizan la divulgación y la accesibilidad de contenidos específicos del arte. Allí se presenta una gran instalación/espacio de lectura de Lucas Di Pascuale, el archivo del proyecto Vagón de Arte de Emilio Pettoruti y viejos televisores en los que se emiten programas de divulgación de arte, como el mítico El Banquete Telemático de Federico Klemm y Carlos Espartaco, o las intervenciones televisivas de Marta Traba. En la misma sala se presentan, también, modelos de gestión educativa oficiales y autogestivos en contextos de vulnerabilidad, como la recreación de los Campamentos artístico curatoriales, el primer mural con la historia de Cromoactivismo, y la retrospectiva de la Escuela Liliana Maresca de Villa Fiorito. Participan, también, proyectos vecinos del barrio del museo con los que el Moderno realiza colaboraciones asiduamente.
En la antesala, como prólogo de la exhibición, se exhiben dos piezas participativas: Relación de Dependencia, de Andrés Aizicovich, una bicicleta con la que mientras una persona pedalea, otra hace piezas de alfarería, y Pieza pizarrón, de Claudia del Río, donde la artista invita al público a participar partir de consignas que se renuevan todas las semanas.
Los proyectos y los archivos en exposición ponen de manifiesto los modos en que el arte puede contribuir al bien común, al facilitar la participación de las personas en la construcción de vínculos profundos entre ellas y con el mundo.
La exposición forma parte del programa anual 2024 del Museo Moderno, Arte es educación.
Artistas participantes: Andrés Aizicovich, Diana Aisenberg, Ernesto Ballesteros, Norah Borges, Olga y Leticia Cossettini, Cromoactivismo (Marina De Caro, Guille Mongan, Vic Musotto y Daiana Rose), Marina De Caro, Claudia del Río, Mirtha Dermisache y las Jornadas del Color y la Forma, Lucas Di Pascuale, Leonel Fernández Pinola, Silvia Gurfein, Graciela Gutiérrez Marx, Federico Jorge Klemm, Guillermo Kuitca, Nicolás Martella y Manuel A. Fernández, Diego Melero, Rosario Vera Peñaloza, Emilio Pettoruti, Amalia Pica, Emilio Renart, Marcela Sinclair, Eduardo Stupía, Marta Traba y Edgardo Antonio Vigo.
Del 13 de junio al 2 de marzo de 2025. Puede visitarse lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 y sábados, domingos y feriados de 11 a 20. Martes: cerrado. Miércoles: entrada gratuita para público general. Entrada general,500 pesos para visitantes residentes en Argentina.
Museo de Arte Moderno (San Juan 350).
EL CAMINO DEL DESEO
Una nueva galería en Buenos Aires se suma al circuito del arte. Se trata de Biga, ubicada en Arenales 1181 y que es una verdadera patriada de Gabriela Campo. Su propósito es apostar a los artistas contemporáneos. Es así, como en estos momentos pueden verse las obras del joven cordobés Santiago Torriglia, con una obra que combina pinturas y esculturas todas de líneas muy puras y sugestivas.
El artista nos invita a explorar el deseo desde diferentes ángulos y perspectivas, mostrándonos como éste se transformó en el motor que lo llevó hasta donde está hoy. Nos permite entrar en su intimidad y nos cuenta de manera casi cronológica el camino recorrido, siempre impulsado por la intensidad del deseo. De la plenitud, a etapas más oscuras marcadas por la tragedia, el autodescubrimiento, la relación con sus vínculos más intensos, sus pasiones, sus fortalezas y sus puntos más débiles, todo lo que lo llevó a romper con estructuras propias e impuestas y poder crear un nuevo ser sobre viejos patrones.
Dice Santiago: "Mi formación artística se nutre de diversas fuentes, desde el arte popular y el muralismo hasta el minimalismo y el arte conceptual. Mi obra se inscribe dentro del minimalismo figurativo, una corriente que busca reducir la forma a lo esencial y que se caracteriza por el uso de colores planos, formas geométricas y líneas simples. El deseo es el concepto que articula la obra, es lo que me impulsa a crear, a expresarme, a comunicarme. El deseo es lo que me conecta con el espectador. El deseo es lo que cuestiona las normas, las convenciones, los límites. El deseo es lo que revela la complejidad y la diversidad del ser humano. Mis obras se componen de líneas moduladas de distinto grosor, que crean formas orgánicas y dinámicas, y de rectas que cortan la tela con precisión, creando contrastes y tensiones. Los colores vibrantes que predominan en la obra son una invitación a entrar en mi mundo, a sentir lo que yo siento, a ver lo que yo veo. La ambivalencia de los dibujos, que pueden ser leídos como figuras o como fondos, como objetos o como espacios, representan el deseo; que puede ser fuente de placer o dolor, de libertad u opresión, de unión o de separación. Busco, a través de mi obra, interpelar al espectador, lo invito a reflexionar sobre su propio deseo, sobre sus motivaciones, sus aspiraciones y sus contradicciones. Poniendo al deseo como motor de la expresión y como una fuerza vital que nos impulsa a crear, a comunicar, a transformar", termina.
Hasta el 19 de agosto. Puede visitarse de lunes a viernes de 11 a 18.
Biga Art Gallery(Arenales 1181).
EL CAMINO QUE NO SE ABANDONA
La palabra Dō refiere al camino, al perpetuo andar que no termina ni se abandona. El Museo Nacional de Arte Oriental inaugura una nueva exhibición temporaria en la sala de arte contemporáneo bajo la curaduría de Mami Goda.
Dō es un concepto japonés vinculado a las artes tradicionales que remite a la acción de entrenar el cuerpo y la mente a través de la práctica. Esta muestra recorre parte del camino de los artistas Julieta Jiterman y Juan Pablo Marturano quienes, desde enfoques creativos distintos, se comprometen con la rutina: el camino (ruta) en el hábito ritual (rutina).
Julieta Jiterman aborda el Sumi-e, la pintura tradicional japonesa realizada con tintas, con un variación: usa un material infrecuente para esta práctica, el aluminio, para recorrer el camino del pincel. Por su parte, Juan Pablo Marturano integra el montañismo y su práctica artística como escultor: talla una piedra y la deja como ofrenda en una cumbre —del Monte Fuji, por ejemplo— a la vez que recoge otra piedra de esa cima como testimonio de su paso y la retrata.
En palabras de Mami Goda: “Jiterman y Marturano han elegido Japón como destino para una parte de su formación y han incorporado esa experiencia en su quehacer artístico que continúa siendo determinante en el camino que cada uno sigue transitando hoy. Una huella de ese paso puede verse en esta exhibición”.
Del 14 de junio al 5 de noviembre. Puede visitarse de miércoles a domingos de 14 a 20. Entrada libre y gratuita.
Museo Nacional de Arte Oriental (Viamonte 525). Segundo piso del Centro Cultural Borges.
Museo Nacional de Arte Oriental
Ministerio de Cultura de la Nación
Viamonte 525, 2do piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
EL CANON BILLIKEN
Una muestra de Franco Fasoli junto a quince artistas invitados: Adriana Bustos, Alberto Passolini, Ariel Cusnir, Constanza Chiappini, Damián Santa Cruz, Daniel Santoro, Diego Figueroa, Fátima Pecci Carou, Jesu Antuña, Laura Códega, Laura Ojeda Bar, Luis Pazos, Martín Kazanietz, Ricardo Carpani y Tobías Dirty. Con curaduría de Joaquín Barrera. Esta muestra es parte del ciclo Obras Amigas, en la que un artista de la galería pone en diálogo su obra con trabajos de artistas de distintas generaciones y poéticas.
Del 19 de abril al 19 de junio. Puede visitarse de lunes a viernes de 15 a 20.
Quimera Galería (Güemes 4474).
EL CANTO DEL CISNE
El Centro Cultural Borges presenta la exposición de arte textil
El Canto del Cisne. Se trata del segundo capítulo de la investigación artística que realiza Nicole Mazza este mito. Con la curaduría de Irene Gelfman.
Mazza tomó como punto de partida el relato de Leda y el cisne y, a través de su bordado, creó una nueva narrativa poética plasmada en 32 obras. Dice Irene Gelfman, curadora de la muestra, “En un juego de apropiaciones y reescritura de un relato tradicional, la artista le da a las protagonistas la posibilidad de un destino diferente a partir de la unión de fragmentos, de zurcir patrones y de bordar finales alternativos”.
La historia de Leda y el cisne es uno de los relatos más sensuales de la mitología griega y explica de manera alegórica las pasiones y debilidades humanas. Según el mito, el dios Zeus descendió del Olimpo en forma de cisne y se presentó ante Leda quien fue poseída por el animal dando a luz a sus hijos mortales. Nicole Mazza tomó este mito como punto de partida y a través de su bordado creó una nueva narrativa poética. Mazza trabaja con textiles y bordados para crear obras figurativas que, en una primera instancia, parecen escenas de mujeres dóciles, pasivas y sensuales, pero a medida que nos acercamos encontramos un twist, los cuerpos curvilíneos y danzantes cortan, castran y matan. En esta serie, hay ciertos elementos que se repiten como leitmotiv: las tijeras y los cisnes. Las primeras, herramientas de costura por excelencia, utilizadas para crear y hacer cosas útiles, representantes del women's work, son utilizadas en la iconografía de Mazza por los personajes femeninos cuyos cuerpos remiten a ninfas de la antigüedad o bien a las vírgenes presentes en las iglesias europeas, como armas de castración. El cisne, animal que desde la antigüedad y para muchas culturas, representa la espiritualidad, la luz, la pureza, la elegancia, la sabiduría divina y la purificación, aparece fragmentado en distintos lugares de la sala creando una atmósfera de extrañamiento. Hay un juego de contradicción que utiliza la artista constantemente para generar cierta incomodidad en el espectador e invita a reflexionar sobre la condición humana y la cultura en la que estamos insertos, donde los mitos de origen están atiborrados de hechos atroces como violaciones y concepciones erróneas del mal llamado amor romántico.
Nicole Mazza trabaja con imágenes que la interpelan ya sea porque las vivió o son parte de su historia e intimidad. La artista tiene una forma de trabajar metódica y en serie. Se obsesiona con un relato o imagen y lo vuelve su objeto de investigación. Mazza desarrolla una iconografía particular para dar cuenta del vínculo con su cuerpo y la relación con otro; con un sello de identidad propio, resultado de la convivencia de diversos mundos y de una cultura visual peculiar, en la que abundan las imágenes religiosas, la culpa, la sexualidad, el ídolo, las pinturas renacentistas, los mitos y las simbologías.
Del 6 de septiembre al 30 de noviembre. Puede visitarse de miércoles a domingo de 14 a 20.
Centro cultural Borges (Viamonte 525).
Fuente: Patricia Ludueña, Prensa Comunicación Institucional
EL CUERPO COMO ARCHIVO
Exposición individual de la artista colombiana María José Arjona (1973, Bogotá) -referente dentro del ámbito de la performance latinoamericana- titulada El cuerpo como archivo. La muestra propone una exploración singular de su archivo personal, volviendo sobre su propio rastro, indagando en los pliegues de su práctica, retornando sobre su cuerpo, para resignificar y revelar otros posibles horizontes de su práctica performativa. En este contexto, el cuerpo aparece como espacio experimental en donde se redefine el concepto de archivo mediante su actualización, revelando así su capacidad anticipatoria y también oracular.
La exposición, que actúa un archivo corporal transformativo, reúne más de 200 imágenes -registros de sus performances a lo largo de su trayectoria- 25 dibujos, textos, diagramas y afiches, incorporados en una nueva experiencia o expresión artística. El cuerpo como archivo toma su título de un texto del comisario y dramaturgo André Lepecki -curador de la última exposición de Arjona en Colombia- en torno a lo que denomina un «deseo de archivo» en la coreografía experimental:
“De este modo, volverse y retornar a todos esos rastros y pasos y cuerpos y gestos y sudor e imágenes y palabras y sonidos representados (…) se convierte paradójicamente en una de las marcas más significativas de la coreografía experimental contemporánea.” A.L
Del 27 de febrero al 29 de marzo.
Rolf Art. (Esmeralda 1353).
EL DORADO. UN TERRITORIO
Esta muestra es una oportunidad para revisar el impacto de uno de los mitos americanos más influyentes en la historia de la humanidad. Con la curaduría de Adriana Rosenberg, Aimé Iglesias Lukin y Ramiro Martínez.
Procedentes de instituciones públicas y privadas, y colecciones particulares, una selección de obras de artistas latinoamericanos atraviesa - mediante videos, instalaciones y performances - temas que van desde la materialidad, el sincretismo, los procesos de transformación y el paisaje de un territorio pródigo en recursos y materias primas que cambiaron el mundo a partir del siglo XVI.
Agrupadas en distintos núcleos argumentales se presentan piezas emblemáticas como la balsa de Clorindo Testa, los experimentos con la papa de Víctor Grippo y los mensajes dorados de Mathias Goeritz, Stefan Brüggemann, Laura Vinci, Leda Catunda y Olga de Amaral; se suman Pedro Terán, Mazenett & Quiroga, Andrés Bedoya, Betsabée Romero, Ximena Garrido Lecca, Santiago Montoya, Gastón Ugalde, Iván Argote, Tania Candiani, Florencia Sadir y Benvenuto Chavajay Ixtetela; Marta Minujín paga la deuda externa argentina con maíz y Evi Tártari construye textiles con chalas, entre otras obras que conviven con objetos originales del período colonial cedidos en préstamo por el Museo Fernández Blanco, entre ellos, la serie de capas pluviales, el par de alas de plata y una coquera realizada en el mismo material durante el siglo XIX.
El dorado. Un territorio es un proyecto conjunto de Fundación Proa, Americas Society y el Museo Amparo. Las tres instituciones se reunieron entre 2021 y 2022 para profundizar en la problemática del mito de
El dorado y su vigencia. El resultado de esta iniciativa se estructura en tres exhibiciones, no itinerantes, a desarrollarse a lo largo de 2023 y 2024 en Buenos Aires, Nueva York y Puebla. Cada una de ellas busca reflejar dilemas y puntos de vista propios sobre la leyenda y el alcance que tuvo en sus respectivas regiones. El proyecto curatorial incluye un programa público educativo compartido por las tres instituciones “
El dorado, ¿existió o no? Proa decide abordar el tema a partir de esta pregunta, para buscar respuestas en el territorio. ¿El dorado existió a través de las materias primas y la inmensidad de recursos que había en América?. Marta Minujín lo expresa en su obra Pago de la deuda externa argentina a Andy Warhol, en la que salda la deuda con maíz. Podemos decir que todas esas riquezas del Nuevo Mundo cambiaron la vida cotidiana de Oriente y Occidente, por supuesto, sin olvidar el costo y las consecuencias que tuvo para los protagonistas”, explica Adriana Rosenberg, directora de Fundación Proa. “¿Por qué obras de arte contemporáneo, y no históricas? En principio, somos un centro de arte contemporáneo, y creemos que revisitar la historia exige hacerlo con herramientas del presente como el video, la fotografía, las instalaciones. Es el lenguaje al que estamos acostumbrados, tanto el artista como el espectador”.
El Dorado, un territorio está concebida por el equipo de Fundación Proa sobre la base de la investigación realizada durante el Seminario a cargo de Edward Sullivan.
EL MITO DEL DORADO
Clorindo Testa. El espejito dorado, 1990
El supuesto caudal de metales preciosos y extraordinarias riquezas que se encontraban en América despertó la fascinación de los aventureros en el siglo XV, entonces convencidos de la existencia real de un lugar llamado
El dorado, una “región de riquezas incalculables, cuya imagen surge del relato deformado de las ceremonias de los chibchas en la laguna del rey Guatavita y despliega luego en el imaginario de la mítica ciudad de Manoa. Se trata de un auténtico u-topos, un no-lugar cuyo espejismo desata las más exageradas ilusiones, motoriza penosas aventuras y acaba en tremendas acciones” escribía en sus apuntes Graciela Sarti, a propósito de un ensayo publicado en 1990 por el Grupo CAyC. Esos tesoros yacían a lo largo y ancho del continente y eran sustento esencial de las comunidades locales. Papa, batata, maíz, territorio, América del sur, oro latinoamericano, artesanía y alimentos aparecen en las obras de los artistas convocados que exploran esos recursos naturales en un lenguaje contemporáneo.
EL DORADO. UN TERRITORIO, LA EXHIBICIÓN
Mazzenett-Quiroga. Selva Intervenida, Pacífico colombiano, 2018. Impresión digital y pan de oro scaled
La balsa, el viaje y el río dan inicio al recorrido haciendo énfasis en el revisionismo crítico sobre la historia de
El dorado mediante las obras de Clorindo Testa, Fernando Bryce, Carolina Caycedo y Víctor Grippo. Los motivos del oro están pensados en términos generales, aquí asociados al espejismo, a la fantasía. El dorado como representación y materialidad en el territorio plástico se aprecia en los monocromos de Mathias Goeritz y Stefan Brüggemann, y lo vemos aplicado a la idea de poder en las capas pluviales del Museo Fernández Blanco y en las piezas de Leda Catunda. Andrés Bedoya, Tania Candiani y Sandra Gamarra son algunos de los artistas que recuperan técnicas, sabidurías ancestrales, mitologías de sus países de origen y rescatan el tejido, la artesanía, el idioma y el paisaje. El espectador se sumerge en el territorio del mito y sus riquezas de la mano de las fotografías de Mazenett & Quiroga, dúo de artistas colombianos que trabaja sobre el paisaje del Amazonas y el sitio donde se extrajo el metal; aparecen el maíz y el caucho en el trabajo de Betsabeé Romero, la hoja de coca en el de Gastón Ugalde. El cacao surge con forma de chocolate en las figuras de Santiago Montoya, el cobre en la de Ximena Garrido Lecca, que se ocupa de pensar el territorio peruano en términos de lo que le dio al mundo y en el hecho de haberse convertido en el segundo exportador de cobre del planeta. “Vuelan” las moscas de Andrés Bedoya, destacan el par de alas y las monedas de plata que evocan los procesos dramáticos de la explotación de este metal en las minas de Potosí, y que introdujeron el concepto de valor y le dieron la riqueza a España.
Si pensamos esta exhibición como un viaje por el túnel del tiempo, al final de la escena el espectador podrá visualizar lo que podría considerarse el verdadero dorado: la papa, el maíz, el tomate, la batata. Eso parece expresar Marta Minujín, que paga la deuda externa a Andy Warhol con maíz, mientras que el guatemalteco Benvenuto Chavajay Ixtetela recupera la historia reciente de la violencia en Colombia, Venezuela y Guatemala apelando a esa narrativa para construir elotes o choclos con balas. La artista tucumana Evi Tártari hace telas y cortinas de chala para resaltar la importancia del choclo en su tierra. La ruta de la papa, la papa de Víctor Grippo, la batata de Iván Argote y la pieza de Tania Candiani teñida de rojo con tinta de cochinilla nos recuerdan a otros de los commodities que América legó al mundo.
Del 1° de abril al 30 de agosto. Puede visitarse de miércoles a domingos de 12 a 19.
Entrada general, 500 pesos; estudiantes y jubilados, 300; menores de 12 años y personas con discapacidad, sin cargo.
Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929).
EL JINETE AZUL REGRESA A LA COLECCIÓN CLORINDO TESTA
En el marco de la exposición Fantasmas #2, en alianza con Soluciones Peligro y Fundación Clorindo Testa, se llevará adelante la donación de una reproducción de El Jinete Azul: un díptico escultórico de dos piezas azules elaboradas con listones de madera y caballetes, que el grupo identificó como pieza clave de la producción artística de Clorindo Testa y cuya ubicación actual se desconoce.
Durante los meses de producción de la exposición Fantasmas #2: Clorindo Testa, El Jinete Azul - una obra que alude al grupo de artistas alemanes Der Blaue Reiter y condensa las búsquedas de Clorindo- se convirtió en un verdadero eslabón perdido a la hora de seleccionar el conjunto de objetos que representarían en la sala el espíritu del artista y arquitecto argentino.
Soluciones Peligro, el grupo de artistas a cargo de la búsqueda y selección de esas piezas, identificó la obra en imágenes de archivo del estudio de Clorindo, pero no fue posible dar con su ubicación actual: “En el Centro Documental de la Fundación Clorindo Testa, se encontraron numerosas fotos del artista trabajando en su estudio. En ellas se ve su escritorio ocupado con papeles, marcadores, un teléfono, bocetos, maquetas y más papeles. También se aprecian sus sillas, su tablero y, sobre una de las paredes, El Jinete Azul: un díptico escultórico de dos piezas azules elaboradas con listones de madera y caballetes, pintada gestualmente como sus cuadros y fusionada con el entorno. Una obra/gesto de compañía cotidiana que se vincula con la arquitectura, la pintura y la historia del arte”, recuerdan desde la productora.
Ante esta situación, resuelta para la exposición con un montaje digital donde el artista Mateo Amaral reconstruyó la imagen del Jinete en una versión animada que se proyecta en la sala, Soluciones Peligro decidió volver a su génesis (ARPA -Asociación para la Restitución del Patrimonio Artístico-) y restituir el Jinete a su lugar de origen: El escritorio de Clorindo Testa.
El 8 de febrero a las 18. Puede visitarse hasta el 3 de marzo.
Fundación Andreani (Av. Pedro de Mendoza 1987).
EL LIBRO DE LA NATURALEZA. CAOS Y ANTROPOCENO
En este Proyecto Sofía López Mañán, la artista e investigadora de la Beca National Geographic y Beca Pulitzer, abre un nuevo universo de conocimiento deconstructivo sobre el humano y la naturaleza. Con la curaduría de Fabiana Bareda.
Sus obras premiadas de carácter experimental serán expuestas en el Centro Cultural Rojas abriendo un espacio de diálogo con artistas, científicos, estudiantes gestores e investigadores. e presenta el anteproyecto de su libro junto a sus fotografías, video e instalaciones. Pensar el Caos creador como una nueva estrategia para reconstruir al sujeto y el planeta en la era del Antropoceno.
Del 4 de julio al 10 de agosto. Puede visitarse de lunes a viernes de 14 a 22.
Centro Cultural Rojas (Corrientes 2040).
EL MAMBA PRESENTÓ SU PROGRAMA DE MUESTRAS 2024
El programa 2024 comienza el 27 de abril con la inauguración de una inédita meta-exposición con obras clave históricas y contemporáneas del patrimonio del Moderno. El programa se completa con cinco exposiciones que ponen de relieve el trabajo del Museo y de los artistas argentinos sobre el vínculo entre arte y educación y su capacidad de transformación social, y una exposición de obras en comodato de la Colección Banco Supervielle. Se afirman los ciclos históricos de cine y música experimental, el de artes escénicas
El borde se sí mismo de Alejandro Tantanian, así como el importantísimo abanico de propuestas educativas y sociales del Departamento Educativo. Se inaugura el
Programa de Residencias Casa Alberto Heredia, la 6ta edición del
Premio Azcuy y el tour europeo
La Menesunda según Marta Minujín.
Arte es educación será el primer capítulo de un ambicioso programa de cuatro años que investigará el carácter multidisciplinario del arte argentino moderno y contemporáneo, al que se sucederán Arte y teatro; Arte, diseño, arquitectura y urbanismo; y Arte y música. Con el programa Arte es educación, el Moderno da visibilidad a su amplia experiencia trabajando en el vínculo entre el arte y la educación y reafirma su valor de museo público dedicado a la investigación permanente a lo largo de su historia y su rol de articulador y promotor del ecosistema del arte contemporáneo argentino; tal como se vio reflejado con enorme potencialidad durante la 54ª Conferencia Anual del CIMAM 2023, de la cual el Museo Moderno fue sede anfitriona.
“El programa 2024 Arte es educación se afirma en dos principios. Por un lado, reafirmar el valor de este museo público dedicado desde hace 68 años a la investigación permanente sobre el arte de su tiempo y el valor de sus obras de arte como verdaderos portales al inmenso cúmulo de investigaciones y conocimientos generados por este Museo a lo largo de sus siete décadas de existencia. Por otro lado, dar visibilidad al importante saber desarrollado por este museo sobre el vínculo entre el arte y la educación, que hoy lo posiciona como museo líder en el país y en la región”, explica Victoria Noorthoorn, directora del Museo Moderno.
“Estoy muy orgullosa con esta programación del Museo Moderno, no sólo por la calidad de la propuesta artística, sino también porque esta temporada posiciona al Museo como un importante articulador entre un espacio público, los artistas y la contribución del sector privado. Estos aportes permitieron no solo consolidar un patrimonio a lo largo de todos estos años sino generar además alrededor del mismo, pensamiento, reflexión y trascendencia. Aquí, esta sinergia virtuosa encuentra un lugar de excelencia y de difusión al público”, destacó Gabriela Ricardes, ministra de Cultura de la Ciudad.
El 27 de abril, en su sede de Av. San Juan 350, en el barrio de San Telmo, el Museo Moderno abre su programa anual con la inauguración de Moderno y MetaModerno, exposición y meta-exposición al mismo tiempo, en la que el Moderno homenajea a su propia historia presentando 300 obras clave de su Patrimonio en diálogo con sus investigaciones y exposiciones y acciones pasadas y recientes, hoy accesibles online en diversos portales de su página web, gracias al monumental trabajo de guarda, catalogación, digitalización, investigación y publicación a lo largo de la última década.
Con un total de siete exposiciones, el programa se completa con cinco exposiciones temporarias que pondrán de relieve el trabajo del Museo y de los artistas argentinos sobre el vínculo entre arte y educación y su capacidad de transformación social, y una exposición de obras en comodato de la Colección Banco Supervielle.
PROGRAMA ANUAL DE EXPOSICIONES
En cuatro salas del Museo Moderno, esta ambiciosa exposición presenta unas 300 obras clave de su Patrimonio y las posiciona en diálogo con la historia, las exposiciones y acciones del propio Museo Moderno. La exposición se despliega de forma inédita como una “meta-exposición”, donde, a través de un código QR, cada obra exhibida deviene literalmente un portal que otorga acceso a las exposiciones históricas del Moderno en la cual dicha obra o autor participó, a las publicaciones sobre dicha obra o autor, a las labores más invisibles del Museo, la guarda de obras, documentos, archivo y bibliografía, su conservación, su investigación y a los procesos curatoriales vinculados.
Esta exposición pondrá de relieve las importantes colecciones que conforman el patrimonio del Moderno
y permitirá visualizar su crecimiento a lo largo de la última década, durante la cual se incorporaron 622 obras. A través de un recorrido por los movimientos del arte moderno y contemporáneo argentino bajo una mirada plural y federal, se pondrán de relieve las donaciones históricas como la de la familia Pirovano, la Colección Cisneros y las efectuadas por artistas y sus familiares, entre ellos Pompeyo Audivert, Alberto Heredia, León Ferrari y la familia De Loof y las adquisiciones logradas gracias al apoyo del Comité de Adquisiciones. Asimismo, dará protagonismo a obras monumentales recientemente incorporadas al patrimonio, como las de David Lamelas, Juan Pablo Renzi, Liliana Maresca, Matías Duville y Ana Gallardo, entre muchas otras.
Esta puesta en visibilidad del patrimonio del Moderno será acompañada por una notable labor editorial que será posible gracias a la generosidad de donantes privados.
- La trama sensible. Obras en comodato de la Colección Banco Supervielle
Esta exposición, que presenta obras actualmente en comodato de la Colección Banco Supervielle, permite indagar sobre las transformaciones artísticas que tuvieron lugar en la Argentina entre los años noventa y las primeras décadas del siglo XXI. A partir de una selección de obras creadas por grandes artistas mujeres en las más variadas técnicas y disciplinas, la exposición explora la dimensión afectiva de la mirada artística en su encuentro con el mundo y los tejidos urbanos.
- El aprendizaje infinito. Arte y educación
Esta exposición colectiva otorga reconocimiento a tantos artistas maestros de Argentina. Indaga sobre la posibilidad de mejorar las formas tradicionales del sistema educativo desde las prácticas artísticas, y sobre el rol de las instituciones cuando el arte es tanto el medio como el fin. De esta manera, pone en diálogo la tradición histórica de la enseñanza de las artes y los proyectos experimentales que han tenido lugar en las últimas décadas, con el propósito de poner en el centro el aprendizaje y su capacidad infinita de generar saber.
Esta exposición colectiva de artistas jóvenes y de mediana generación, presenta una selección de artistas muy activos en la escena del arte de Argentina que privilegian el dibujo en su producción o lo toman como punto de partida para la creación de sus universos artísticos. Ofrece, así, un panorama contundente sobre el dibujo argentino a la vez que invita a los diversos públicos a imaginar, porque todos los mundos son posibles con un lápiz y un papel.
- Martín Legón: Escuelismo
El artista y escritor Martín Legón (Buenos Aires, 1978) desarrollará un proyecto que toma como punto de partida la influencia que tuvieron la escuela, los manuales escolares y los libros de divulgación en el arte de los años 60. A través de una sucesión de ejercicios conceptuales guiados por las operaciones del montaje y el collage, el artista volverá una vez más sobre la noción de “escuelismo”, desarrollada por el crítico Ricardo Martín-Crosa y el historiador del arte Marcelo Pacheco, para exponer el trasfondo pedagógico oculto tras algunas de las obras más emblemáticas del canon argentino.
- Javier Soria Vázquez
En gran parte de su producción, Javier Soria Vázquez (Cafayate, 1975) concibe y proyecta obras para ser ejecutadas por otras personas. Mientras que en otros tiempos, las discusiones del arte giraban en torno a la autoría, sellando el paradigma de la originalidad de la obra a través de la mano del artista, el arte moderno y contemporáneo han derribado esa barrera para involucrar en la concreción de una obra tanto a otros artistas como al espectador. Para su exposición, la Sala de Proyectos Especiales del Museo Moderno se transformará en un laboratorio creativo y apacible donde los espectadores podrán participar o involucrarse en acciones que manifiesten el paso del tiempo.
- Celina Eceiza
El Museo Moderno presenta la primera exposición individual en un museo de Argentina de la joven artista Celina Eceiza (Tandil, 1988), un proyecto totalmente inmersivo que fue concebido por la artista para la ocasión y producido por el Moderno, siguiendo su línea de apoyo a los grandes talentos del arte argentino. La artista combina técnicas y procedimientos plásticos como el teñido y el batik, el patchwork, el collage, el yeso y el pastel, que aplica sobre grandes telas preparadas artesanalmente, a través de los cuales imagina y crea espacios donde invita a contemplar y reconciliar puntos de vista sociales, psicológicos, antropológicos y metafísicos que suelen considerarse antagónicos.
Desde el 27 de abril. Puede visitarse l
unes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 y sábados, domingos y feriados de 11 a 20. Martes: cerrado.
Entrada general, 500 pesos para visitantes residentes en Argentina. Miércoles, entrada gratuita para público general.
Museo de Arte Moderno (San Juan 350)-
ENTRE EL DOLOR Y LA GLORIA
La galería Rubbers presenta
Entre el dolor y la gloria, una muestra individual de Daniel Corvino, con la curaduría de Julio Sapollnik, que escribió el prólogo de esta exposición: "
La pintura de Daniel Corvino exalta la unión entre las personas. Las imágenes que crea encuentran, como diría Nietzsche: “la embriaguez de la intensificación” por compartir un hecho sucedido. Esto ocurre tanto en sus escenas cartoneras, como de reivindicación social o por la felicidad del pueblo al ganar el campeonato mundial.
"El cuadro ofrece así una lógica sinfónica dada por el tiempo que permanece la mirada, la fuerza de ciertas particularidades formales y la gran seducción que ofrece su personal cromatismo. Pero no siempre fue así.
"El tiempo en pandemia alejó a la gente de las calles y la reclusión obligatoria lo aisló de las vibrantes tonalidades. El blanco y negro invadió su interioridad, lo alejó de la melodía del color y lo sumergió en una desesperación atonal. No solo las calles, las estaciones del subterráneo y las plazas se habían despoblado, sino que, al mismo tiempo, su espacio compartido con amor, se había partido. La soledad que apareció en sus dibujos era también la soledad de su corazón. Después llegó una nueva etapa. Al principio las imágenes nacían de lentas armonías, intentando volver a la forma desde un cromatismo austero. Hoy su pintura se impone a la mirada, está llena de vida y el color volvió con todo su impromptu, expresando en las nuevas obras la sorpresa de una juvenil creación".
Puede visitarse del 26 de julio al 30 de agosto. Puede visitarse de lunes a viernes de 14 a 19.
Galería Rubbers (Av. Alvear 1640 PB).
ERNESTO BALLESTEROS: NO HAY PRINCIPIO
La muestra reúne trabajos de Ernesto Ballesteros que son el resultado de la conjunción entre un pensamiento recurrente y un deseo repentino. Lo pensado fue la idea de que lo que existe, a nivel fundamental, existe desde siempre. No un siempre engañoso, del que usamos coloquialmente, sino un siempre literal e infinito. El deseo, específicamente, el deseo de realizar estos trabajos, nació de la observación concentrada de la maravillosa obra de Odilón Redón, y del maravilloso intento de Leonardo Da Vinci de dibujar los flujos del aire y el agua. El resultado de estos pasteles fue, de una manera que no ofrece pruebas, que no hay principio. La exposición se desplegará en la sala principal de la galería y estará acompañada con un texto de Francisco Garamona.
Del 29 de junio al 30 de julio. Puede visitarse de martes a sábado, 14 a 19.
Ruth Benzacar (Juan Ramírez de Velasco 1287)
ESCAPE EN AVESTRUZ
Una muestra de Valeria Vilar, artista visual, ilustradora y arquitecta, graduada en la Universidad de Arquitectura de Buenos Aires. Formó parte del Programa de Artistas en la Universidad Torcuato Di Tella. Sus obras hacen aparecer escenas oníricas un poco borradas en los trazos de dibujo que se entremezclan con la pintura, a través del manejo de la espacialidad, el color, la materia y la superposición. En palabras de la curadora Vanesa Salatino, la obra que Vilar plasma en la tela nos devuelve “lo desaforado, la fiesta en la pared, los juegos, la felicidad presumida, alguien observando el desorden ordenado”, expresando “una verdad brutal que viene de no sé dónde (…) La frescura siniestra no se esconde, esparce alegría y terror”.
Del 2 al 31 de julio. Puede visitarse de lunes a viernes d 10 a 15.
Alejandro Bustillo. Hall del Banco Nación sucursal Plaza de Mayo (Rivadavia 325).
Espectáculo y Futuro. Galería de criaturas y personajes
Juan Becú y Lux Lindner exhiben sus obras con la curaduría de Julián Manzelli y Laura Spivak en una muestra que reúne obras de artistas argentinos de distintas generaciones. La exposición pone el foco en la particular mirada del arte contemporáneo sobre la creación de personajes y los universos a los cuales transportan, organizandose a partir de tres ejes principales de trabajo, narrativa y atmósfera, que ayudan a ordenar este viaje en una forma bastante análoga a la historia de la humanidad misma y su relación con estas criaturas artificiales.
Del 19 de Julio al 15 de septiembre.
Centro Cultural Recoleta (Junín 1930).
ESPEJOS DE MÉXICO
Una exposición que propone un recorrido por artistas de renombre internacional, nacidos en México, y que presentan obras por primera vez en la fundación. El proyecto, diseñado por Proa, tiene como premisa exhibir, debatir y estudiar la monumentalidad en las obras, así como las experiencias y pensamientos que cada una de ellas concentra. Dada la riqueza de propuestas y metodologías, cada artista se presenta con piezas emblemáticas a lo largo de las cuatro salas, generando múltiples narrativas.
Espejos de México aglutina un conjunto de obras de arte que actúa reflejando -como en un espejo-, diferentes aspectos de la cultura, la historia, la diversidad y las perspectivas contemporáneas, revelando múltiples capas de significado.
Aunque los artistas comparten raíces comunes por su lugar de origen y formación han tomado caminos diversos. Abraham Cruzvillegas y Damián Ortega residen en México, pero acreditan una larga trayectoria pedagógica y de trabajo en el exterior. Por otro lado, Julieta Aranda y Rafael Lozano-Hemmer emigraron tempranamente al extranjero desarrollando sus prácticas artísticas.
Espejos de México encapsula esta dualidad y diversidad de lecturas, dado que cada obra, creada dentro o fuera de México, contribuye a un mosaico dinámico en el que se puede vislumbrar el origen y la adaptación cultural en un contexto global.
Durante el mes de agosto, en diálogo con esta presentación, en el espacio de PROA21 se inaugura la exhibición del artista belga-mexicano Francis Alÿs, con curaduría de Cuauhtémoc Medina. Sus obras se destacan por una documentación exhaustiva sobre las vidas y costumbres de la sociedad mexicana.
Cuando la fe mueve montañas fue una acción realizada en Lima,
Perú, en 2002.
La presencia de Francis Alÿs, que elige vivir en México, representa la multiplicidad de propuestas en la comunidad artística global y cómo este grupo de artistas da cuenta de la cultura mexicana y de las prácticas contemporáneas.
Desde la videoinstalación de Julieta Aranda, las obras “construidas” de Abraham Cruzvillegas, el arte expandido de Damian Ortega, el arte multimedial de Lozano-Hemmer, y la presencia de la performance en la obra de Alÿs se construye una exposición única y por primera vez en la Argentina, que da cuenta de la versatilidad artística contemporánea.
LAS OBRAS
Luego de participar en un vuelo de gravedad cero, Julieta Aranda explora en su videoinstalación el impacto del progreso científico imaginando una posible “ruta de escape” para la raza humana en estos tiempos abrumadores; su interés por las herramientas digitales se aproxima a la instalación inmersiva de Rafael Lozano-Hemmer que se activa con la voz de los participantes, generando escenas lumínicas que indagan en las conexiones entre arte y tecnología en el contexto de la luz. En sus comienzos profesionales Abraham Cruzvillegas y Damián Ortega coincidieron en el
Taller de los viernes, un ámbito de reflexión fundado por Gabriel Orozco que más tarde impulsó sus búsquedas individuales en el campo social. En su práctica Cruzvillegas trabaja el concepto de “auto construcción”, una plataforma sobre la que erige esculturas e instalaciones efímeras. Su pasado como caricaturista político asoma en los dibujos y pinturas que acompañan la pieza principal, realizada in situ por el artista en una suerte de ritual performático.
Ortega enfoca sus proyectos en los procesos industriales para desarmar objetos cotidianos y analizarlos expandidos, fragmentados, invitando a reconsiderar su funcionalidad y nuestra relación con el consumo. La acción realizada en 2002 por Francis Alÿs en las afueras de Lima, Perú, da cuenta de la magnitud del esfuerzo colectivo al momento de superar obstáculos tan o más grandes que una montaña.
Julieta Aranda es invitada a exhibir por primera vez en las salas de Fundación Proa. En 2014 presentó en Buenos Aires una serie de trabajos en la galería Ignacio Liprandi sobre el proyecto “Teorema del 1 Mono Infinito”, o Tools for Infinite Monkeys (Open Machine). Sus obras de carácter multidisciplinario se destacan por la forma en que la artista hace uso de los recursos en la instalación, el video, y la escultura conformando un territorio en el que explora temas como el tiempo y la percepción que se mezclan y entrecruzan con sus vivencias personales y sensoriales, dando cuenta de la vida cotidiana contemporánea. La famosa serie de video instalaciones Robando el propio cadáver (un conjunto alternativo de puntos de apoyo para un ascenso a la oscuridad), conforma una aguda reflexión sobre los acontecimientos sensoriales y conceptuales del sujeto contemporáneo. Es a partir de su propia experiencia que se construye el proyecto, cuando fue invitada junto a otros artistas a experimentar un vuelo con gravedad cero, en ocasión de la Bienal de Berlín en 2014. En Proa se presenta la video instalación correspondiente a la primera parte.
A propósito de su trayectoria, la galería Mor Charpenter escribía: “En su práctica artística, Julieta Aranda observa la relación humano-tierra alterada a través del lente de la tecnología, la inteligencia artificial, los viajes espaciales y las hipótesis científicas. Al trabajar con escultura, instalación, video y medios impresos, Aranda se interesa en la exploración del potencial de la ciencia ficción, las economías alternativas y las ‘poéticas de la circulación’. Sus proyectos desafían los límites entre el sujeto y el objeto a la vez que incorporan los encuentros fortuitos, la autodestrucción y los procesos sociales. En 2006 obtuvo un Máster en la Universidad de Columbia en Nueva York. Anteriormente había realizado su formación en el School of Visual Arts en Manhattan (2001). Como directora de la plataforma en línea e-flux junto con Anton Vidokle, Julieta Aranda ha desarrollado los proyectos Time / Bank, Pawnshop y e-flux Video Rental, todos ellos iniciados en el espacio de e-flux en Nueva York, y que han sido presentados en diferentes escenarios del mundo”.
Se presenta por primera vez en Buenos Aires una exhibición individual de Abraham Cruzvillegas (México, 1968), destacado artista de reconocida trayectoria internacional. Esta muestra surge de la colaboración entre Cruzvillegas y Fundación Proa, que comenzó con una visita a la fábrica de Tenaris en México, más exactamente a Veracruz, para explorar los materiales que utiliza la industria siderúrgica. Desde México y en diálogo con el equipo de Proa, Cruzvillegas brindó algunas intereses especiales sobre los materiales, pero dejó que los asistentes elijan, traigan y provean los objetos que consideraban propicios para su instalación. Esta peculiar y extraordinaria postura frente a la obra la vuelve participativa, porque es el equipo de trabajo y el espectador quienes finalizan de construir la obra. En sus palabras “todo objeto es bueno y necesario para la obra”. El site specific central compuesto con materias primas locales están acompañados por cinco telas de gran formato, también realizadas en nuestro país. Las pinturas a manera de una performance son realizadas con una mapa y escoba. El autorretrato ciego es parte de su historia, de sus intereses y momentos vividos, coloreados conformando un retrato del artista invisibilizado al espectador. El resultado es una obra polisémica.
Estas obras evidencian la meticulosa metodología y el profundo enfoque conceptual del artista, y dan cuenta de su trayectoria y proceso creativo. Sus inicios como caricaturista político asoman en los dibujos y pinturas que acompañan la pieza principal, en una suerte de ritual performático. A través de su obra, Cruzvillegas nos invita a reflexionar sobre la capacidad creativa y la capacidad de transformar la realidad a partir de lo que tenemos a nuestro alrededor, una declaración política y social. En sus propias palabras, Cruzvillegas describe su enfoque como un juego constante de resolución de problemas: "alguien como yo puede hacerlo, sin demagogia ni falsa modestia". Este enfoque se ve claramente en sus piezas, que pertenecen a tres distintos cuerpos de obra presentados en diversos lugares, siempre utilizando materiales locales —los cuales, a su vez, traen consigo diversas capas de experiencia y transformación, apelando a las economías locales, sus sociedades e individuos—. Bajo el concepto de “autoconstrucción” sus proyectos se erigen como monumentos efímeros formados por materiales encontrados y en desuso, un readymade hecho de clavos, tablas, pedazos de plástico y metales devenidos en escenarios donde se representa el drama de lo humano. La autoconstrucción se manifiesta como una forma de resistencia activa frente a la desigualdad económica y la opresión estatal. A través del acceso a la tecnología y la creatividad, su obra subraya la reutilización, mostrando cómo la innovación y el ingenio surgen frente a la escasez y cómo no siempre se necesitan grandes recursos para crear.
Casi la totalidad de las obras de Abraham Cruzvillegas que se presentan en Fundación Proa han sido realizadas en el sitio, con la ayuda de un equipo local, quien ha provisto los materiales y el apoyo técnico. Pertenecen a tres distintos cuerpos de obra que he presentado en distintos lugares, siempre usando materiales locales, los cuales traen de por sí diversas capas de experiencia y de transformación, apelando a economías también locales, a sus sociedades y a sus individuos. A la primera serie se incorporan dos nuevos dibujos de gran formato, realizados sobre superficies de tres por cuatro metros, pintadas con numerosas capas de pintura acrílica comercial blanca, como la que se usa para pintar paredes en el espacio doméstico. Los dibujos se hacen con trapeadores comunes y corrientes, con los que dibujé las efigies de dos primates de dos especies distintas, de las que conocemos como mandriles, una hembra y un macho. He dibujado simios desde la década de 1980, cuando trabajaba como caricaturista en diversas publicaciones de la ciudad de México, algunas de circulación nacional. En mi país a los caricaturistas nos llaman “moneros” porque dibujamos “monitos”, cosa que me tomo a pecho, por lo cual he dibujado monos (orangutanes, gorilas, bonobos, chimpancés, etc) sobre una multiplicidad considerable de superficies, incluyendo el papel, la tela y las paredes, con diversos materiales, incluyendo bolígrafos, óleos, acuarelas, tinta china, marcadores, lápices, y saliva. También del contexto de la caricatura, con un giro político vigente, procede la analogía de los simios —desventajosa para ellos— con los dictadores y los gobernantes autoritarios. Tres dibujos de las mismas dimensiones pertenecen a una segunda serie de obras que he realizado desde hace varios años, como abstracciones de recorridos o mapas psicogeográficos de derivas ineficientes por ciudades, barrios o países, haciendo rutas entre lugares favoritos o significativos. En estos casos utilizo los colores básicos (azul, rojo, amarillo), más rosa, verde y dorado, para trazar líneas —también con trapeadores sobre telas preparadas— que concurren en círculos de distintos tamaños, representando esos lugares. Cuatro esculturas nuevas están realizadas por completo con materiales de reciclaje, procedentes del patio de chatarra de una fábrica de caños. Afirmando su genealogía, en el uso de materiales industriales que habrían de pasar, o que ya pasaron por varios procesos de transformación, desde su estatuto mineral hasta el de objetos utilitarios, las esculturas refieren a distintos momentos, ya no de la fundición, de haber sido escoria, de pasar por el estado líquido al sólido, de su abatimiento para poder llamarse “tubo”, sino los de la historia humana, del invento del fuego y del reconocimiento del metal a su conversión en herramientas y armas, a la siderurgia, a la gran promesa de la modernidad, a la industria, al futuro y a la destrucción del medio ambiente, a la utopía en reversa. Pendiente, como la promesa misma, la más grande de estas esculturas ha tomado forma a partir de aleatorias decisiones vinculadas a la física moderna y a la ligereza de sus relaciones internas, de las que solo seríamos voyeurs, esperando que las cosas caigan por su propio peso. Las otras, de pequeño formato, aspiran a ser interpretadas, en un sentido estrictamente musical, por alguien que reconozca en su materialidad el potencial de la masa.
La obra del destacado artista Rafael Lozano-Hemmer atraviesa invariablemente la condición humana. Utilizando tecnologías como luces robóticas, vigilancia computarizada y redes telemáticas, entre otras herramientas multimedia, sus obras involucran al público de una manera única, desafiándolo a explorar temas sensibles como el control y las relaciones de poder en la sociedad contemporánea. Sus instalaciones y performances a gran escala son verdaderas experiencias artísticas que nunca se limitan a lo visible. Al contrario, proponen una inmersión en lo invisible, una invitación a ser parte de algo más grande y a encontrar sentido en la interacción humana. Casi desde el comienzo de su prolífica trayectoria Lozano-Hemmer se ha enfocado en crear lo que él describe como "antimonumentos", obras que no se imponen al público sino que les permiten representarse a sí mismos. Matriz de voz, la instalación que exhibe en Proa, se activa cuando el participante habla por un intercomunicador que hace visible su voz a través de los destellos de luz. Luego, un patrón único de parpadeo se almacena como un bucle en la primera luz de la serie, iluminando la pieza completa. Cada nueva grabación empuja todas las anteriores una posición hacia abajo, y gradualmente se puede escuchar el sonido acumulado de las 882 grabaciones anteriores. Los participantes se sorprenden al escucharse en esos dibujos que parpadean, luminosos. En Proa el artista invita a los participantes a citar poesías y frases con sentido para ampliar el significado de la obra.
Rafael Lozano-Hemmer nació en la Ciudad de México en 1967. Vive y trabaja en Montreal. En su práctica artística crea plataformas para la participación pública utilizando tecnologías como luces robóticas, fuentes digitales, vigilancia informatizada, muros multimedia y redes telemáticas Fue el primer artista en representar a México en la Bienal de Venecia con una exposición en el Palazzo Van Axel, en 2007. También ha exhibido en otras bienales como La Habana, Estambul, Kochi, Liverpool, Melbourne, Mercosur, Nueva Orleans, Shanghái, Singapur, Sidney y Wuzhen. Sus instalaciones de arte participativo a gran escala transforman espacios públicos, creando entornos conectivos para comunidades. En 2019, presentó Border Tuner diseñado para interconectar las ciudades de El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua. El proyecto reunió a decenas de miles de personas en ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México. Otras obras fueron encargadas para eventos como las “Celebraciones del Milenio” en la Ciudad de México (1999), la Capital Cultural de Europa en Róterdam (2001), la Cumbre Mundial de la ONU en Lyon (2003), los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver (2010) y la preapertura del Museo Guggenheim en Abu Dhabi (2015), entre otros. Sus obras integran las colecciones de instituciones como MoMA, Guggenheim, TATE, Reina Sofía, Hirshhorn, NGV, MUAC y MONA. Entre sus exposiciones individuales recientes destacan "Presencia inestable", una retrospectiva de mitad de carrera coproducida por el Museo de Arte Contemporáneo de Montreal y SFMOMA; "Bosque sonoro" instalado en más de 120 acres de tierra en el Museo de Arte Americano Crystal Bridges en Bentonville, Arkansas; "Medidas Comunes", su primera exposición individual en la Galería PACE de Nueva York; e "Isla de Traducción", un recorrido de 2 km que incluyó diez obras de arte público, en la Isla Lulu, Abu Dhabi.
Sobre Escarabajo dice Damián Ortega: “En 2002, decidí hacer una simulación de un VW enterrado de tal forma que el único elemento visible más allá del nivel del suelo fuera una pequeña superficie de los neumáticos. Debía parecer como si fuera un escarabajo que ha muerto con las patas al revés. El entierro tuvo lugar en el patio trasero de una casa. Enterré los neumáticos en la posición exacta en la que deberían aparecer si un coche se hundiera realmente en el suelo. La imagen evocaba factiblemente una escena en la que un niño hubiera enterrado a su mascota muerta en el jardín. El lugar se convertía en una tumba para el Escarabajo, y los espectadores podían recrear la situación." Otra importante cuestión formal abordada en esta pieza (Beetle '83, 2002) es la inversión de la posición del vehículo en relación con el suelo: el coche se sitúa sobre la circunferencia de la Tierra por su lado interno. En 2005, celebré el entierro de mi Volkswagen Sedan 1983 en los alrededores de la planta de VW donde se ensambló originalmente, en Puebla, México. Este proceso se convirtió en la película de 16 mm bajo el título de Escarabajo. Los fotogramas de la película eran muy similares a la fotografía ficticia. Si me pidieran que identificara cuál de ambas imágenes retrataba un coche enterrado, quizá no sería capaz de identificarlo correctamente. La realidad suele ser menos creíble que la ficción, porque la realidad no se preocupa tan escrupulosamente de hacer evidente su ‘veracidad’ como la ficción”.
Damián Ortega nació en la Ciudad de México en 1967. Comenzó su carrera como caricaturista político. Entre 1987 y 1992 formó parte del “Taller de los viernes” con Gabriel Orozco. En 2005, fue nominado para el Hugo Boss Prize y en 2007 fue nominado al Preis der Nationalgalerie für junge Kunst. De igual manera, en 2014 recibió la Smithsonian Artist Research Fellowship por parte de Smithsonian Institution y en 2006, realizó una residencia artística en Deutscher Akademischer Austauschdienst (DAAD) en Berlín. Dentro de su trabajo cabe destacar Alias Editorial, un proyecto nacido en el año 2006 que busca la publicación de textos esenciales y fundamentales dentro del arte contemporáneo.
Del 26 de junio al 30 de agosto. Puede visitarse de miércoles a domingos de 12 a 19.
Entrada general, 3.000 pesos; jubilados, docentes y estudiantes, 1.000 y menores de 12 años sin cargo.
Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929).
ESTO NO TERMINA MÁS
Una muestra de Gustavo Marrone con la curaduría de Roberto Amigo y Nicolás Cuello, la primera muestra antológica de este artista. Esta exhibición recorre la producción del artista desde sus inicios hasta nuestros días en tres actos o episodios durante el año: Ideológicamente inestable;
Como su título lo indica, la dualidad en tanto principio de organización cultural, y el irremediable conflicto que existe entre el yo y los otros, son el objeto privilegiado sobre el cual se interroga este episodio que reúne la producción más temprana del artista, realizada entre principios de la década de los ‘80 en Argentina, y los años ‘90, una vez ya radicado en España. Organizadas como un reflejo distorcionado de sí mismas, las salas de Yo contra mí proponen un encuentro espiralado con la obra de Marrone. Un desplazamiento circular que recorre simultáneamente el conjunto de sus pinturas, centradas en la fuerza expresiva de una figuración grotesca y visceral, donde aquella ambigüedad que el artista reconoce como una amenaza inherente a todo significado social, no solo se vuelve una herramienta desde la cual tensionar las fronteras entre lo personal y lo colectivo, lo público y lo privado, o incluso el amateurismo y la profesionalidad del campo artístico, sino especialmente, entre el comportamiento pulsional del deseo y su corrección moral. Una parte importante de las escenas aquí presentes, nos muestran a un grupo de jóvenes solitarios, semidesnudos, que deambulan a través de los márgenes de barrios periféricos, excitados por el resentimiento mientras hacen de la incómoda diferencia de su sexualidad, un modo de exponer la promesa insatisfecha del retorno democrático. Una serie colorida de obras en las que Marrone se dedica a retratar, no solo la sombra de una época, sino la emergencia de un sujeto político desprestigiado, aquel que permanece no reconciliado, como un cartógrafo de la impotencia, desilusionado y perdido, quien lentamente, mareado por el éxtasis de la experiencia, comienza a verse a sí mismo desmembrado en espacios metafísicos donde flotan inscripciones codificadas que señalan, como un espectro disciplinante, el orden binario que organiza la cultura como un único destino.
La irrupción progresiva de esta clausura, que asfixia la edulcorada idea del espacio interior, coincide con su prolongada estadía fuera de Argentina a partir de 1988. Un punto de inflexión en su biografía que marca el inicio de una investigación regresiva en la obra de Marrone. Un giro de carácter introspectivo que en lugar de significar un deshacer o un retroceso, crea por el contrario las condiciones ideales para la expansión radical de su inquietud existencialista, que ahora actualiza su deseo por problematizar la construcción social del yo, a partir del estado de suspensión que significa la vida prematura del recuerdo intrauterino. Una geografía orgánica donde se desdibuja la inscripción histórica del sujeto, para diluir finalmente su forma entre filamentos, células y fluidos en cuyos enredos y multiplicaciones, la figura inmadura de lo humano, articula una mirada crítica sobre el proceso de conformación de su propia individualidad.
Si bien, tanto dentro como fuera del cuerpo, Marrone trabaja, como hemos mencionado, con la complicada experiencia de la diferencia cultural, el artista propone su innegable carga erótica como una dimensión de la experiencia humana que no puede quedar inscripta en la miseria del principio de identidad. Sino, como contraparte, ofrece una perspectiva del sexo en tanto enunciación extraña desde la cual pronunciar la continua paradoja que forma lo real, concibiéndolo como un singular mecanismo distorsivo que permite desmarcarnos de aquello que forzosamente aceptamos como verdad. La ligereza humorística con la que desfigura la referencia social sobre lo humano, tanto como la peligrosa seducción que escenifica en este gran agujero interior que es el cuerpo, le permite a Marrone desatar desde y en torno al sexo, un tipo de conciencia oposicional que se instituye así misma como burla y como amenaza, gracias a este juego de reflejos rotos, luces y sombras, tire y afloje, que asume desde la fragilidad de su propio yo. Una posición antisocial que no se propone como una renuncia narcisista a lo común, sino, por el contrario, como una pulsión indómita, como una celebración plebeya de todas las diferencias.
Hasta el 30 de noviembre. Puede visitarse de jueves a domingos de 12 a
20.
Entrada, 3.000 pesos. Tarifa reducida de 1.500 para menores de 12 años, jubilados, estudiantes y docentes.
Colección Fortabat (Olga Cossettini 141).
ESTRATEGIAS DE LA PELUSA: LA MAGIA SURREALISTA
Una muestra individual de Mildred Burton, la artista surrealista argentina, cuyo impacto en el mundo del arte nacional es innegable. La exposición, está curada por Alberto Passolini, quien mantuvo una amistad cercana con la artista durante 25 años.
Una de las obras destacadas que se exhibirán en la muestra es el retrato de una mujer con una máscara plateada y un sapo en el hombro, una creación original de la artista. Esta obra fue posteriormente seleccionada para ser la portada de la novela "La mano del amo" de Tomás Eloy Martínez, lo que le otorga un valor adicional en el contexto literario. Los visitantes tendrán la oportunidad de apreciar esta pieza junto con otras obras emblemáticas que forman parte de la exposición.
Sus obras, enriquecidas con elementos que desafían lo verosímil realista, invitan al espectador a explorar lo inesperado y lo mágico. Desde un libro que emite humo hasta la presencia de Graciela Borges con su pelo vaporoso, un dragón, un auto fantástico y otros elementos sorprendentes, el universo de Burton es un viaje a lo surreal y lo enigmático.
Passolini, en su texto curatorial, comparte detalles íntimos sobre su relación con la artista y relata su primer encuentro en 1988. "La conocí cuando yo tenía veinte años, en 1988. Fue en una fiesta en lo de unos amigos en común que eran del ambiente teatral", recuerda. "Mildred entró vestida como una diva del cine mudo. Apenas me vio cruzó la sala hasta plantarse frente a mí y, desde su metro y medio de estatura, me dijo: 'Oíme, che, yo soy Mildred. ¿Vos quién sos?'"
Según Passolini, Mildred adoptó una estrategia similar a la de la pelusa: "Conservó del apodo familiar la estrategia de una pelusa que, antes de posarse opacando aquello que debería relucir, atrapa entre sus filamentos las partículas de lo indeseable, como el polvo."
"Para las nuevas generaciones queda presente en su trabajo otra de las estrategias de la pelusa, esta con ecos más amables: la de los panaderos, dandelion, o diente de león", añade Passolini en su reflexión sobre la influencia continua de Burton en el arte contemporáneo.
Mildred Burton, ha dejado una marca indeleble en la historia del arte de su país. Nacida en Paraná, Argentina, la fecha exacta de su nacimiento permanece envuelta en misterio, con al menos cinco posibles fechas diferentes: 1923, 1936, 1941 y 1942. Criada en una gran casona en Entre Ríos por su madre, de origen inglés, y su abuela alemana, Burton fue inspirada desde una edad temprana por la literatura fantástica y los cuentos populares. A través de su obra, narró de manera magistral los aspectos familiares y los conflictos desde una perspectiva de fantasía, lo tenebroso y lo surreal. Durante más de 40 años, sus obras han cautivado a audiencias en salones, museos y galerías en América Latina, Europa y Estados Unidos.
Del 21 de marzo al 30 de mayo. Puede visitarse de 17 a 21.
Calvaresi (Defensa 1136).
EVIDENCIAS: FOTOGRAFÍAS DE ENRIQUE SHORE
Una impactante muestra con la que la AMIA decidió conmemorar los 40 años de la entrega, al presidente Raúl Alfonsín, del informe final de la Comisión Nacional Sobre Desaparición de Personas (CONADEP), Nunca Más, que tuvo lugar el 20 de septiembre de 1984.
Con curadoría de Elio Kapszuk, director de Arte y Producción de AMIA, la exhibición está conformada por una selección de fotografías que Shore tomó, cuando fue convocado, por la Comisión para registrar, con su cámara, las imágenes que acompañarían las denuncias y pruebas relevadas que serían remitidas a la Justicia, para averiguar el destino de las personas desaparecidas, a manos de la última dictadura militar.
“Cuatro décadas después, estas fotos nos constituyen, ya son parte del cuerpo social y de la memoria colectiva de nuestro país. Son parte de nuestro patrimonio visual. Y son, en esencia, como lo dice el título de la muestra, evidencias de lo que ocurrió”, asegura Kapszuk en el texto curatorial de la exposición.
A través de 176 fotografías, “Evidencias” abarca tres grandes temas en los que Shore se destacó a lo largo de su notable carrera. Por un lado, la exhibición presenta 83 imágenes sobre el trabajo que realizó para la CONADEP, para acompañar el informe sobre las desapariciones forzadas, los secuestros y asesinatos cometidos entre 1976 y 1983.
Para hacer su tarea, Shore recorrió cada uno de los centros clandestinos de detención, visitó las celdas, estuvo presente en las cámaras de tortura, y escuchó, de primera mano, los relatos de los desaparecidos liberados. “Todo eso hizo que tomaran forma concreta todas las fantasías que tuve sobre este tema”, escribió Shore, en un cuaderno con notas en las que fue plasmando, durante 1984, sus impresiones sobre la tarea que le fue encomendada.
“El horror existió, y fue comprobado fehacientemente”, asegura hoy el fotógrafo al momento de anticipar su muestra en el Espacio de Arte AMIA. “El Juicio a las Juntas estableció un antecedente histórico que puso a la Argentina en una posición de referencia jurídica y moral universalmente reconocida. Tuve el honor, el privilegio y la responsabilidad de aportar una pequeña contribución a ese trabajo, que efectivamente fue, un poco, asomarse al infierno, como dijo Magdalena (Ruiz Guiñazú, integrante de la CONADEP). Pero era y sigue siendo necesario”, remarcó.
Además de las fotos que probaron los delitos y de la represión ilegal cometidos por la dictadura, “Evidencias” presenta también 75 fotografías sobre la temática general de los derechos humanos.
Tal vez, para contrarrestar el horror que debió registrar, Shore se dedica últimamente a la fotografía de naturaleza, y en particular a fotografiar “pequeños pájaros que cantan y vuelan en libertad”.
“Inmortalizar un momento de sus vuelos también es producir evidencias de la realidad, que para mí es una de las funciones fundamentales de la fotografía documental: detener el tiempo, y generar una imagen que ayude a preservar la memoria de un momento que existió, aunque no queden casi rastros, y haya quienes quieran negarlo u olvidarlo”, reflexiona el fotógrafo.
Esta última faceta de la carrera de Shore también está presente en la muestra, que se inaugura el jueves 25 de abril, en AMIA, donde se podrán ver 14 fotos tomadas a pájaros en vuelo. “Una metáfora evidente, pero profunda. No se trata sólo de observación y retrato, sino de sentirse, por un rato, un ser alado”, señaló Elio Kapszuk.
Del 25 de abril al 31 de mayo. Puede visitarse de lunes a jueves de 10 a 19, y los viernes de 10 a 16. Para ingresar, solo es necesario concurrir con DNI. Entrada gratuita.
Espacio de Arte AMIA (Pasteur 633).
EXPERIENCIAS CONTEMPORÁNEAS DEL ARTE ARGENTINO
Con más de 70 obras del patrimonio del Palais de Glace, la exhibición reúne piezas de diversas épocas y disciplinas que dialogan a partir de la fuerza del conjunto en el espacio. Se exhibe parte de una centenaria colección, integrada en su mayoría por premios adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales. Reúne 75 obras de arte moderno y contemporáneo realizadas por artistas argentinos en su mayoría premiados por el certamen artístico más antiguo del país.
Experiencias contemporáneas de arte argentino explora el patrimonio del Palais de Glace y lo condensa en una gran obra coral, en la que cerámicas, esculturas, textiles, pinturas, grabados, dibujos, fotografías y videos convergen y despliegan nuevos sentidos.
Durante la exhibición, se ofrecerá una agenda de actividades públicas que incluye visitas guiadas, actividades para infancias, activaciones articuladas con Fundación Julio Bocca y Fundación Leer y talleres para todos los públicos.
RIQUEZA Y DIVERSIDAD DEL PATRIMONIO
Uno de los objetivos de Experiencias contemporáneas es mostrar la riqueza y representatividad del acervo del museo, conformado por más de 1200 piezas de arte argentino. Esta colección crece año tras año principalmente gracias al Salón Nacional de Artes Visuales, el certamen artístico que distingue a artistas visuales de todo el país que organiza el Palais de Glace desde hace más de cien años.
Dedicado a la pintura y escultura en sus orígenes, en la actualidad el Salón Nacional amplifica su entorno de producción al organizarse en ocho categorías y un espacio no disciplinario, que contempla prácticas no objetuales o de naturaleza efímera. Su rica historia se traduce en una extensa selección de obras, en la que conviven múltiples materialidades, trayectorias diversas, contextos de producción, enunciados, temporalidades y disciplinas.
La curaduría de Experiencias contemporáneas, a cargo de un equipo del Palais de Glace, presenta una disposición de las piezas en el espacio que apela a la fuerza del conjunto. Un montaje instalativo que se despliega en la sala a modo de una gran obra coral compuesta por conjuntos de obras que se expanden por la sala.
La propuesta de montaje permite formular nuevos diálogos a partir de estos conjuntos de individualidades. La intención es despertar en los visitantes nuevas y múltiples lecturas mediante los juegos de posiciones e interrelaciones de las obras en el espacio.
Artistas participantes: Adriana Antidin, Carolina Antoniadis, Ernesto Arellano, Hugo Aveta, Elba Bairon, Rodolfo J. Bardi, Fernando Coco Bedoya, Ana Benedetti, Miguel Ángel Bonino, Susana Bredt, Ary Brizzi, Miguel Ángel Budini, Domingo Bucci, Miguel Burgoa Videla, Aída Carballo, Eduardo Carrera, Adriana Cerviño, Isabel Chedufau, Catalina Chervin, Santiago Cogorno, Cristina Comolli, Nicola Costantino, Rodolfo Eduardo Curcio, Danilo Danziger, Eduardo A. Daulte, Luis Raúl de la Fuente, Pablo Delfini, Antonio Devoto, Humberto Carlos Farro, Manuel Antonio Fernández, Oscar Pedro Ferrarotti, Ricardo Fuhrmann, Lydia Galego, Arturo García Rosa, Juan Hitters, Dora Isdatne, Myriam Jawerbaum, Kenneth Kemble, Rubén Osvaldo Lago, Carlos Leporace, Adriana Lestido, Sergio Carlos Levin, Florencia Levy, Aurelio Macchi, Juan Pablo Marturano, Eloísa Moras, Alicia Orlandi, Onofrio Pacenza, Ariadna Pastorini, Silvina Paulón, Ferruccio Polacco, Liliana Porter, Emilio Reato, Víctor Rebuffo, Elsa Rigoni, María M. Rodríguez de Soto Acebal, Susana Emilia Romano, Juan Carlos Romero, Pupy Rymberg, Alicia Sanguinetti, Carlos Andrés Scannapieco, Mariana Schapiro, María Elena Sieburger, Jorge Tapia, Miguel Victorica, Juan Andrés Videla, Wilfredo Viladrich, Vilma Villaverde, Roberto Viola, Antonio Zandegiacomo, Carola Zech y Pedro Zonza Briano.
Foto: Kemble, Kenneth, Totempicololo, 1993
Del 3 de julio al 29 de septiembre. Puede visitarse de miércoles a domingos de 14 a 20 con entrada libre y gratuita.
Centro Cultural Borges (Viamonte 525).