En el año del centenario del nacimiento del visionario artista argentino Gyula Kosice (n. Ferdinand Fallik; Košice, Checoslovaquia, 1924 − Buenos Aires, 2016), Malba presenta una exposición monográfica dedicada a su obra, con el propósito de destacar su rol pionero y reposicionarlo en el contexto internacional del arte de posguerra. Curada por Mari Carmen Ramírez y María Amalia García, la muestra reúne más de 80 obras producidas entre 1950 y 1980, destacando en el perfil experimental de su obra –especialmente en sus esculturas de plástico, relieves cinéticos y gotas de agua, la mayoría con luces y activadas por aireadores y motores–, donde el movimiento es una constante fundamental. Presenta además, por primera vez en Buenos Aires, La ciudad hidroespacial, obra abierta y procesual cuyo conjunto más representativo, que será expuesto en Malba, forma parte de la colección del Museum of Fine Arts, Houston (MFAH) desde 2009. Esta instalación condensa años de búsquedas materiales y teóricas, y expresa los deseos de Kosice, quien, ya desde la década del 40, imaginaba a la humanidad asentada en algún lugar más allá de la Tierra. explica Mari Carmen Ramírez: “La ciudad hidroespacial es en principio y fundamentalmente un trabajo escultórico que evoluciona hacia un esbozo arquitectónico. Cada uno de los hábitats curvos y semiesféricos de plexiglás representa una tentativa de palpar, expandiéndola, la noción de ‘espacio’ que es transparente, maleable, dinámica y, en cierta medida, dimensional.
Los habitáculos no son sólo maquetas de lugares para vivir; al contrario, incorporan en ellos un manejo plástico-pictórico del plexiglás, el cual, en esencia, es escultórico (…) Kosice tuvo plena conciencia de que ‘lo escultórico’ era solo un paso en dirección hacia el pleno logro de su meta: valerse del arte para forjar un nuevo modo de organización social. Para alcanzar tal objetivo, ‘lo escultórico’ debía anularse a sí mismo".
Artista experimental, escultor, poeta y teórico, Kosice es uno de los creadores más conocidos de la Argentina. Cofundador de los grupos de arte constructivo rioplatenses Arturo (1944) y Madí (1946), fue también una figura destacada de la vanguardia internacional posterior a 1945. Dice María Amalia García: “Su producción pionera introdujo originales propuestas artísticas, como la escultura móvil e interactiva, representada por la emblemática pieza Röyi (1945), y exploró gran diversidad de materiales, muchos de ellos novedosos. Su investigación en torno del movimiento se remonta a Madí: el grupo ya experimentaba con los móviles, el uso de motores y la acción del espectador sobre la obra, poniendo en crisis las categorías de escultura y espectador. Al igual que otros artistas de su generación, utilizó la luz, el plástico y el movimiento, y a fines de los años 50 fue de los primeros artistas que incorporó el agua en sus obras.” Coproducida por Malba y el MFAH, esta exposición reafirma el estrecho vínculo desarrollado entre ambas instituciones a lo largo de varios años para difundir los excepcionales aportes de grandes artistas latinoamericanos.
Itinerancias: Entre abril y septiembre de 2025, la muestra se presentará en el Pérez Art Museum Miami (PAMM); y entre octubre de 2025 y enero de 2026 en el Museum of Fine Arts de Houston (MFAH).
Núcleos temáticos
La exposición se organiza en cuatro núcleos temáticos:
Espacio y transparencia: Siguiendo la apuesta de la vanguardia constructiva, particularmente el legado de Naum Gabo y László Moholy-Nagy, Kosice cuestionó la escultura tradicional de bloque y masa; su trayectoria se abocó desde el inicio a reinventar el medio escultórico. El espacio no es vacío: es una entidad autónoma y etérea cuya materialidad se integra a la escultura misma. Percibió que la elasticidad creativa del espacio se presentaba en la transparencia y adoptó el plexiglás como componente en sus obras. A partir de los años 50, Kosice comenzó a explorar la transparencia y la luz a través de construcciones de acrílico, presentes en este núcleo.
Luces en movimiento: Kosice comenzó a utilizar tubos fluorescentes durante los años 40, y en los 50 desarrolló el uso del neón modelado con calor, que le permitía realizar grafías en el espacio. Utilizó los filamentos lumínicos como líneas que ponían en crisis la tradicional escultura de bloque. Desde los años 50, vinculó su uso del acrílico con el de la luz: en esta exploración utilizó cilindros de acrílico que integró a sus composiciones generando haces de luz en relieve. En la década de los 60 continuó trabajando con la semiesfera de plástico para generar espectáculos luminosos. A través de pequeños motores y del uso de filtros de plásticos, Kosice coloreaba la luz.
Cuerpo de agua: El plástico permitió a Kosice trabajar el potencial estético del agua. La incorporación del líquido otorgaba vitalidad orgánica a la obra de arte. El flujo de agua (gota, chorro y cascada) es movimiento; la continuidad de los fluidos en constante transformación implica la presencia del cuerpo viviente. El agua se cuela en múltiples formatos que le propone el plástico; los reflejos y brillos que producen las moléculas (gotas) son utilizados por el artista para amplificar su efecto deformarte y refractante. A su vez, las gotas, recuperadas en su dimensión figurativa, dan lugar a una reflexión acerca del propio lenguaje estético.
La ciudad hidroespacial: La ciudad hidroespacial desafía las nociones de frontera y propiedad privada y favorece el desplazamiento de individuos en un diáfano espacio ambiental a través del globo. El proyecto de esta ciudad transparente ubicada a un kilómetro y medio de altura por encima de la Tierra, es movilizado por hidrógeno y oxígeno extraídos del vapor de agua de las nubes. El autor sustituye la división convencional del hogar (cocina, dormitorios, baño, etc.) por nuevas formas de hábitats modulares. Así, la vida nómada hidroespacial altera los valores del sistema capitalista abriendo paso a una nueva forma de convivencia; los lugares que propone para vivir incentivan una humanidad lúdica y emocional que reinventa la experiencia del habitar en comunidad.
Del 5 de julio al 4 de noviembre. Puede visitarse de jueves a lunes de 10 a 20; miércoles de 11 a 20. Martes cerrado.
Entrada, 5,000 pesos; estudiantes, docentes y jubilados con acreditación, 2.500; menores de 5 años, sin cargo; personas con discapacidad, sin cargo.
Malba (Av. Figueroa Alcorta 3.415).