Elio Azerrad
Relata la historia de la relación entre un adolescente y un hombre dedicado a las artes adivinatorias. La trama transcurre en un pequeño pueblo mediterráneo argentino, alejado de las grandes urbes, en la segunda mitad del siglo XX. Lo que inicialmente es una simple actividad de observación del adolescente acerca de la tarea del brujo, poco a poco va mudando en un vínculo que, autorizado por los padres del adolescente, comienza a ganar frecuencia y profundidad. Con el paso del tiempo el adolescente conoce la vinculación cuasifamiliar con el brujo y desde allí se encamina la novela a mostrar la esencia de un lazo afectivo y de admiración mutua que decanta en un trayecto que trasciende sus propias vidas y se inserta en la historia contemporánea de los protagonistas, el pueblo y el país. Por último, la novela promueve un final abierto a la imaginación.