El Centro Cultural Borges, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, la inaugura la nueva sede del Museo Nacional de Arte Oriental (MNAO), que funciona en el pabellón III del segundo piso del Centro Cultural. Tras funcionar cincuenta y siete años en su sede del Palacio Errázuriz, el MNAO abre las puertas de su nueva casa.
El edificio, completamente renovado para recibir al museo, ofrece un espacio de exhibición principal, uno de exhibiciones temporarias de arte contemporáneo, su reserva de colecciones visitable y una sala de acción dedicada a actividades educativas para familias y escuelas. En su diseño contempla estándares internacionales de museología para la presentación de las piezas, así como los distintos lineamientos de accesibilidad que establece el Ministerio de Cultura de la Nación para los museos.
Dice Rocío Boffo, directora del MNAO: “La mudanza del Museo Nacional de Arte Oriental a una nueva sede más grande y adecuada para la correcta exhibición de su patrimonio y para el desarrollo de programas públicos para las comunidades es un hecho de profunda relevancia para la institución y para el Ministerio de Cultura, tras más de cincuenta años en esta búsqueda”.
Dice Ezequiel Grimson, director del Centro Cultural Borges (CCB): “La inauguración de la nueva sede del Museo Nacional de Arte Oriental en el CCB es un hecho de profunda relevancia, que se enmarca en una política cultural pública desarrollada por el Ministerio de Cultura de la Nación de mejoramiento, actualización y desarrollo de la infraestructura de las instituciones culturales de la Argentina”.
La inauguración para prensa y personas invitadas tendrá lugar el miércoles 7 de diciembre a las 19 h, y el jueves 8 se abrirá al público. Desde ese día se podrán visitar dos exhibiciones: Oriente todo, con curaduría de Lucía de Francesco y Anush Katchadjian, y Calcar destellos de un Oriente, de las artistas Aili Chen y Johanna Wilhelm.
A lo largo de 2023, el MNAO ofrecerá además diversos programas públicos y comunitarios, entre los que se destacan charlas de especialistas, visitas guiadas a las exhibiciones, talleres, proyecciones y conciertos.
Un poco de historia
El Museo Nacional de Arte Oriental fue fundado en 1965 y abrió sus puertas en el Palacio Errázuriz Alvear un año más tarde. Su patrimonio se compone de más de cuatro mil piezas originales de China, Japón, Corea, India, Egipto, Turquía, Armenia, el antiguo imperio Persa, Tíbet, Indonesia, Malasia y Tailandia, entre otros países.
El acervo patrimonial del museo está integrado por pinturas, esculturas, grabados, objetos de uso cotidiano, de culto, indumentaria, instrumentos musicales, juguetes, fotografías y mobiliario de distintas culturas orientales.
Luego de permanecer más de dieciocho años cerrado al público, el MNAO reabrió en septiembre de 2019 con una propuesta que consistía en una sala de exhibiciones temporarias y la presentación de su espacio de reserva de colecciones, como reserva visitable, para que los públicos pudieran conocer más en profundidad la calidad y la cantidad de las piezas albergadas.
Sobre las exposiciones
Oriente todo. ¿Cómo plantear un museo que desde acá representa comunidades de allá? ¿Cómo poner en diálogo dos mitades del mundo? ¿Cómo potenciar la experiencia de expresiones culturales de esos países y abrir el juego a múltiples miradas?
Para empezar, ¿en qué pensamos cuándo decimos Oriente?
En el imaginario occidental, el concepto de Oriente parecería definirse por oposición: es todo aquello que no es Occidente, e incluye diversas geografías, naciones, culturas, prácticas y grupos sociales. Los intentos por conocer a ese otro no fueron ni son inocentes; tienen una dimensión política en la que la centralidad de Europa construyó un relato que fue interiorizado por el resto del mundo occidental.
¿Cuáles son las ideas respecto de Oriente creadas por nuestro imaginario cultural? Se suele asociar a Oriente con lo detallista, la espiritualidad, la sensualidad y una gran conexión con la naturaleza. ¿Es realmente así o se trata de concepciones imaginadas?
La exhibición presenta la constitución misma del museo como un modo, entre otros posibles, de encontrarse con Oriente. Ofrecemos Oriente todo con la intención de reconocer estas ideas y ponerlas a prueba. Proponemos observar la colección a través de los distintos tiempos que en ella se congregan y las experiencias individuales de cada visitante.
Revisamos nuestros preconceptos para reconstruir nuevas ideas a partir de objetos, sumando la mirada de artistas contemporáneos y comunidades locales. El MNAO busca tanto difundir las culturas orientales como contribuir a la convivencia en la diversidad de nuestras sociedades.
Lucía de Francesco y Anush Katchadjian, curadoras de la exposición.
Calcar destellos de un Oriente. Dicen que el papel tiene memoria. Guarda el recuerdo de los pliegues y otras huellas del tiempo. Es a la vez delicado y resistente. Soporte de muchas historias, de muchos mundos.
Aili Chen y Johanna Wilhelm parecen calcar destellos de un Oriente; reinventan la idea de un Oriente todo guardado en el acervo del Museo Nacional de Arte Oriental. Las piezas hechas en papel, material paradigmático de los imaginarios sobre las artes orientales, son un contrapunto de la colección. Despliegan luces y sombras, casi blancos y casi negros, contenedores y contenidos de un universo oriental.
Aili Chen, modelando fantasmas de los objetos con papeles crujientes, evoca el doble viaje de las colecciones: de Oriente a la Argentina y, luego, de una sede a otra del Museo. Lo que está materialmente y lo que queda resplandeciendo en esas cáscaras envoltorios de memoria espectral cohabitan en espejo.
Johanna Wilhelm reencanta los trocitos de una totalidad incompleta que se adivina en el Museo. Cala los diseños de las superficies coloridas para prender sus sombras en una constelación de objetos evocados. Hace deambular la mirada entre ecos minuciosos de un paisaje lejano.
Como la dupla suspendida de Corazón de noche, Aili y Johanna se dejan atrapar por el cosmos de la colección para encenderla. Nos invitan a adentrarnos en un sinfín de lugares y sentidos que llamamos Oriente y nos acercan la fascinación de sus destellos.
Desde el jueves 8 de diciembre. Puede visitarse de miércoles a domingos de 14 a 20, con entrada libre y gratuita.
Centro Cultural Borges (Viamonte 525).