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MILDRED BURTON Y AÍDA CARBALLO

MILDRED BURTON Y AÍDA CARBALLO
Del 22 de marzo al 15 de abril

“Mi mundo tiene contactos tangenciales con el de Aída Carballo, que fue una de las artistas que me apuntaló cuando yo empezaba. Ella me largó al ruedo. Con Aída tuve una relación muy especial; me protegió y yo tenía la sensación de que me quería salvar de algo”, decía Mildred Burton.

Ruth Benzacar Galería de Arte presenta La monarca, de Mildred Burton y La gracia extrañada de Aída Carballo, acompañadas con textos de María Gainza y una entrevista a Mildred con Analía Couceyro y Albertina Carri, filmada hace 12 años.

Dice María Gainza «Si lo de Mildred es surrealismo o no, me resulta una discusión bizantina. Lo que yo veo es una fusión de elementos en una mente impresionable: la veta británica preservada en los Chapbooks, una forma popular de literatura donde se publicaban cuentos infantiles repletos de asociaciones extrañas y objetos con actitudes humanas (La bella y la bestia con sus teteras parlanchinas fue un clásico de la colección); sumada al terror familiar que Millie presentía en cada rincón: en los muebles Chippendale con fantasmales hojas de acanto y patas terminadas en garras; en los manteles con motivos florales putrefactos; en las muñecas Marilú cascoteadas y tuertas pero con sus vestiditos de broderie blanco espuma; en las cortinas con borlas como miomas; en los arabescos descoloridos de las alfombras persas que la acechaban en sueño.  Todos mis cuadros nacen de un relato anterior. Tengo más relatos que pinturas, dijo en 1998. Contar hasta que la realidad crezca como un globo de helio y después cortar el hilo y dejar que el globo dibuje sus derivas locas y enrarecidas. Llevar esos relatos visuales al papel fue su gran talento. No era una exagerada ni una mentirosa -esas varas son para la gente de la calle- era una artista que había perfeccionado un método de evasión que funcionaba las veinticuatro horas del día».

Sobre Aída Carballo, dice María Gainza «No cometeré la burrada de decir que Aída Carballo dibujaba como lo hacía porque tenía migrañas, no hay referencia alguna a ellas en sus diarios en el Hospital Vieytes y no puedo inferir, como se ha hecho con Lewis Carroll, que sus distorsiones perceptivas fueran producto de alucinaciones visuales. Pero sí quiero dejar asentado que tras el aura mi cuerpo se siente como habitando el mundo de Aída Carballo. Un mundo que ha atravesado algún tipo de espejo o superficie gelatinosa».

 

Del 22 de marzo al 15 de abril.

Sala 2, Galería Ruth Benzacar (Ramírez de Velazco 1287).

 

EL ARTE ACTUAL 2021

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