Hernán Borches empezó su trayectoria artística en la escultura, pero en 2015 descubrió en el grabado una técnica que le permitió expresarse a través de las marcas duras y agresivas que deja la gubia sobre la madera. Esta especialidad fue ideal para profundizarse, desde 2019, en el tema del trabajo humano, a partir de lo que desarrolló una producción en la que se plasma la supervivencia de rostros quemados por el sol y espaldas dobladas por el agobio y la rutina.
En palabras de Sergio Portabales, profesor de arte, estas obras, durante mayo, serán “un modesto pero sentido homenaje a todos esos trabajadores que transitan nuestro mundo dejando una huella anónima y silenciosa, pero a la vez profunda y poderosa de la condición humana”.
Del 3 al 31 de mayo. Puede visitarse de lunes a viernes de 10 a 15.
Alejandro Brustillo – Hall Banco Nación Casa Central (Rivadavia 325).