Esta nueva exposición del Museo Moderno se propone comprender la profunda interrelación entre las vanguardias artísticas de las artes visuales y la experimentación y transformación estética que se dio en el teatro argentino durante la segunda mitad del siglo XX.
Con curaduría de Alejandro Tantanian, Andrés Gallina y Florencia Qualina, Esto es Teatro articula en once escenas —Roberto Villanueva; Griselda Gambaro; Centro de Experimentación Audiovisual del Instituto Di Tella; Nacha Guevara; Ángel Elizondo / Gianni Mestichelli; Víctor García; Renata Schussheim; Batato Barea; El Centro Parakultural; La Organización Negra; Alejandro Urdapilleta— un horizonte de narrativas que ampliaron para siempre el territorio del teatro nacional.
¿Esto es teatro?
Hacia mediados de la década del 60, a la par de los procesos de modernización cultural de la época, una serie de acciones artísticas buscaron extender los límites entre las distintas disciplinas y renovar las formas del teatro de Buenos Aires. ¿Esto es teatro?, se preguntaba buena parte de la prensa y los espectadores que asistían al Centro de Experimentación Audiovisual (CEA) del Instituto Di Tella, dirigido por Roberto Villanueva entre 1963 y 1970. La pregunta encubría una acusación y a la vez contenía una respuesta más o menos explícita: esto no es teatro. Proyectaba, en consecuencia, la confirmación de una teatralidad expandida, performativa y transdisciplinar, hacia confines hasta entonces inexplorados.
El Centro de Experimentación Audiovisual (CEA), activo entre 1960 y 1970, fue semillero y centro de operaciones de una suma de artistas que hoy forman parte del acervo vivo de nuestro teatro: Alfredo Arias, Ángel Elizondo, Grupo 67, Grupo Lobo, Griselda Gambaro, Jorge Bonino, Jorge Petraglia, Kado Kostzer, Les Luthiers, Marilú Marini, Mario Trejo, Nacha Guevara, Norman Briski., entre otros. A pesar de la especificidad de cada uno de sus centros, el Di Tella propició el contagio y la colaboración activa entre distintos lenguajes, en consonancia directa con el movimiento de experimentación internacional de los años 60. Es decir que había allí un cosmos de formas artísticas que se entremezclaban: el teatro, la danza, el happening, el arte de acción, la música, la pintura, la escultura y la incesante reflexión teórica y estética.
Las obras y el programa llevados a cabo por Villanueva fueron a veces acusadas de meros ejercicios epigonales; otras, de “delirios formales” o “pruebas obviables” o “frivolidades estéticas”; y otras, lisa y llanamente de “bodrios”. Sin embargo, parecen augurar que hay, en efecto, teatro después del realismo e incluso más, teatro después del drama.
Esto es Teatro. Once escenas experimentales: del Di Tella al Parakultural se detiene en algunos hitos renovadores, como el estreno de El desatino de Griselda Gambaro, dirigida por Jorge Petraglia, obra que origina la polémica teatral de los años 60: los realistas frente a los absurdistas. Pero también se adentra en otras acciones que rompieron las lógicas teatrales subordinadas al texto que imperaban entonces, como los espectáculos de la “nueva canción” de Nacha Guevara; o en el registro audiovisual —hasta hoy inédito— de Oh sólida carne, una adaptación desacralizada de Hamlet, protagonizada por Federico Klemm. Los artistas jóvenes reunidos en torno al Di Tella encabezaron una revuelta escénica de prácticas experimentales que difuminaban los límites entre el teatro y la danza, habilitaban la emergencia del teatro Pop, dialogaban con las posvanguardias europeas y buscaban nuevos horizontes políticos, artísticos y vitales frente a la moral represiva del gobierno dictatorial del general Onganía.
La exposición recobra la obra individual y transnacional de Víctor García, uno de nuestros artistas escénicos que empujado por aquella dictadura, se vio forzado a salir de Argentina. Desde Brasil, España, Francia e Inglaterra produjo una revolución inconmensurable en el teatro. La escala de la obra de García, construida a partir de dispositivos escenográficos monumentales e inolvidables, constituye un verdadero parteaguas para la historia del teatro argentino y universal, a la vez que un punto inédito de intersección entre las artes escénicas y las artes visuales.
Esto es Teatro traza un puente con otro momento histórico fundamental: las experiencias escénicas radicales que surgieron al calor de la reciente democracia (1983) y que volvieron a expandir vigorosamente los límites del teatro de Buenos Aires. Se trata de los “numeritos” y las performances con las que artistas como Batato Barea, Alejandro Urdapilleta o Las Gambas al Ajillo, entre otros, catalizaron las tensiones políticas y artistas de la posdictadura. El Centro Parakultural (creado por Omar Viola y Horacio Gabin, 1986-1990) fue uno de los espacios en donde se mezclaron el teatro, el rock y las artes visuales, junto con el protagonismo de los cuerpos, la fiesta desatada tras el terror represivo y las prácticas disidentes que cuestionaban la moral heterosexual normativa. Estas experiencias llevaron al extremo el borramiento de los límites entre el arte y la vida, y practicaron un fervoroso antiteatro: contra las prácticas de representación, contra los circuitos de producción tradicionales, contra el texto como el rector garante de sentido y contra el realismo como la estética oficial del teatro argentino.
Foto: Renata Schussheim, serie Atica
Del 29 de mayo a febrero del 2926. Puede visitarse lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19; sábados, domingos y feriados de 11 a 20. (Martes cerrado)
Miércoles, entrada sin costo para público general. Entrada general, 2.500 pesos para visitantes residentes en Argentina. Sin cargo: jubilados, menores de 12 años, personas con discapacidad y acompañante, grupos de estudiantes de escuelas públicas. Acceso gratuito con credenciales al día: docentes, estudiantes universitarios y periodistas.
Museo de Arte Moderno (San Juan 350).