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ALBA INCIERTA

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Del 8 de junio al 18 de agosto

Un recorrido por la intimidad de lo cotidiano. Una muestra de la artista Carolina Antoniadis, una destacada referente del nuevo decorativismo, exponente de la defensa de las mujeres de los años 80 y 90.

El título de la exposición, curada por Florencia Qualina, alude a un fragmento de un poema de Pier Paolo Pasolini y es una revisión de los primeros trabajos de la artista, que trae al presente con nuevas pinturas hechas especialmente en las paredes, replicando algunos motivos de los cuadros.

Ocho obras en distintos formatos realizadas entre los años 1987 y 1991, son colgadas en el marco de estas nuevas ambientaciones, subvirtiendo la clásica relación fondo-figura, donde las paredes, que forman un todo con la obra, se transforman así en el fondo de la misma. “Las pinturas de las paredes son un eco de las pinturas históricas; traen al presente de manera exagerada texturas que conforman la obra y las amplifican, transformando el espacio en una suerte de gran living”, expresa la artista y continua; “es una exposición con cierto contenido poético, una intermitencia en el tiempo, entre el pasado y el presente. Siempre con la permanencia de lo ornamental, que me constituye y acompaña desde mis comienzos, en un ambiente cotidiano íntimo, que actúa como un refugio frente a la incertidumbre y la hostilidad exterior”, revela la artista”.

     

La obra de Antoniadis fue pasando por varios procesos de transformación a lo largo de su carrera. Como rasgo general, la obra se sitúa en un espacio donde conviven la pintura y lo decorativo, límites que la misma artista se encarga de hacer imprecisos. Durante la década de los ochenta, su pintura de interiores domésticos, con planos rebatidos, telas estampadas, distorsiones en la imagen como si fueran vistas a través de una lente «ojo de pescado» y el dominio del color, sin duda daban cuenta de su pasión por la obra de Henri Matisse. “Son obras que hablan de mi casa familiar de la intimidad de lo cotidiano , de rescatar esos momentos de la vida comunes , de detener el tiempo en esos objetos que nos acompañan diariamente; de posar la mirada en lo más simple  de una casa : la mesa,  el final de un brindis en chin chin obra de 1987, de  una canasta con frutas pero con un fondo grafico de lunares negros sobre fondo amarillo que contrasta con la pintura central con tono más expresionista , maniquíes con prendas decorativas que refieren a la moda al diseño”, concluye Antoniadis.

Paulatinamente, la artista fue incorporando en su obra cada vez más lo ornamental y decorativo, en una clara alusión a los pintores vieneses del art nouveau, en particular a la obra de Gustav Klimt, visibles en las ropas, en telas ricamente decoradas u objetos de uso interior ornamentados. La ropa y la moda ocupan un rol central, visible en kimonos japoneses con profusos estampados florales, trajes de novia con encajes y puntillas o ropa interior, donde la artista juega con el significado de la palabra “interior”, aplicado tanto a la ropa interior, como a los órganos interiores del cuerpo humano. El humor y la ironía están siempre presentes.

 

Del 8 de junio al 18 de agosto.

Calvaresi (Defensa 1136).

EL ARTE ACTUAL 2021

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