El Complejo Teatral de Buenos Aires, presenta al Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín –que dirige Andrea Chinetti y codirige Diego Poblete– con un nuevo programa de coreografías, y lo hará por primera vez en el Teatro Regio (Avda. Córdoba 6056). Se trata de las obras Los gestos de la sal de Teresa Duggan y El eco de las manos de Nicolás Berrueta.
Los integrantes del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín son Constanza Agüero, Brenda Arana, Camila Arechavaleta, Adriel Ballatore, Lucía Bargados, Juan Camargo, Carolina Capriati, Matías Coria, Francisco De Assis, Matías De Cruz, Flavia Dilorenzo, Lautaro Dolz, Rodrigo Etelechea, Fiorella Federico, Paula Ferraris, Gastón Gómez, Jonás Grassi, Alejo Herrera, Benjamín Lameiro, Daniela López, Vicente Manzoni, David Millán, Boris Pereyra, Silvina Pérez, Eliana Picallo, Andrea Pollini, Eva Prediger, Lara Rodríguez, Rubén Rodríguez, Damián Saban, Ivana Santaella, Manuela Suárez Poch y Antonella Zanutto. Las asistentes coreográficas son Elizabeth Rodríguez y Melisa Buchelli.
Los gestos de la sal
En esta coreografía se cruzan la danza, el sonido musical y la literatura. Se apoya en el cuento “Los gestos de la sal” del libro El sol mueve la sombra de las cosas quietas de Alejandra Kamiya, inspirado en un documental acerca de la vida en una salina venezolana antes de la extracción industrial de la sal. La propuesta es recuperar el espíritu del cuento trasladándolo a un ámbito local, el norte argentino. Esta mudanza de paisaje habilita la incorporación de un tono andino tanto musical como escénicamente. Este tono juega con cierto estilo oriental, que se percibe como una especie de aftertaste japonés en el mismo cuento en el que está basada la obra.
El espectáculo cuenta con tres partes, dentro de las cuales también se reconocen raíces japonesas (Teresa Duggan va tras ellas por elección y no por lazos sanguíneos), que deberían ser suavemente advertidas. Como sea, la historia del cuento original es totalmente traducible al norte argentino, y los valores y cuestionamientos planteados son absolutamente universales.
Se trata de una historia de amor muy parecida a casi todas las historias de amor, y sin mayores conflictos. Un hombre ama a una mujer y decide hacerle un regalo. Compra un ramo de rosas, pero en un lugar donde nunca ha habido antes rosas. La llegada de las flores provoca una pequeña revolución en el pueblo. Las rosas finalmente mueren. Pero para entonces una especie de magia cíclica (representada aquí por unas niñas-duende) ya habrá operado: la mujer amada estará entonces embarazada de una niña que se llamará, claro, Rosa. Si bien no se propone una recreación literal del cuento, habrá una progresión narrativa a lo largo de la obra y sus fragmentos esenciales serán danzados. La palabra también será incorporada a través de la música, o mejor dicho, la tonalidad que tienen en sí las palabras será usada como un elemento más en la composición de la música y la danza.
El eco de las manos
La obra hace referencia a cómo nuestro camino puede ser modificado con un simple toque. A veces la vida nos acaricia y otra nos golpea, nuestro cuerpo y emociones se abren o se bloquean en respuesta a esto, y a partir de allí también nos relacionamos con el mundo que nos rodea en un intercambio casi infinito.
¿Cuál es el límite entre lo interno y lo externo? ¿Cuándo hago consciente que soy yo el responsable de cuán profundo llega ese eco? La observación aparece, la conciencia aflora y desde ese lugar se pueden confrontar los fantasmas del pasado, danzar con ellos y transformar el regalo del presente.
Del 12 al 28 de abril, de jueves a domingos a las 20.
Localidades, 5.900 pesos; jueves, 3.400.
Regio (Córdoba 6056).