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CARO MARCELLO

CARO MARCELLO
Del 24 al 29 de septiembre

Del martes 24 al domingo 29 de septiembre se llevará a cabo en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) un ciclo denominado Caro Marcello, en el marco de las celebraciones por el centenario del nacimiento de Marcello Mastroianni. El programa está integrado por seis largometrajes protagonizados por el gran actor italiano, en recientes restauraciones digitales 4K, e incluye verdaderos clásicos de su filmografía como Matrimonio a la italiana, Ayer, hoy y mañana y Un día muy particular. El ciclo está organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad, junto con Fundación Cinemateca Argentina y el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires.

Normalmente no me estimula lo que leo en una página, ha dicho Mastroianni en varias ocasiones. A veces ni siquiera me leo el guion. Todo depende de la relación que mantenga con el director. Entre los directores no italianos, Mastroianni mostró su impaciencia y buena disposición para trabajar con talentos con reconocimiento internacional, como Angelopoulos, Mikhalkov, John Boorman, Roman Polanski y Louis Malle. En cuanto a los italianos, en una carrera que, entrada la década de los noventa, cuenta con un total de más de 125 películas, fue escrupuloso en su inclinación por un grupo de directores que obtuvieron sus primeros éxitos con él en las décadas de los cincuenta y sesenta, y que constituyeron la elite artística más inminente que jamás hubiera tenido la industria nacional. (…) Mastroianni ha trabajado con Scola en diez ocasiones, con Mario Monicelli y Marco Ferreri en siete, seis con Fellini, cuatro con Dino Risi. De entre los de la vieja guardia, ha estado ante la cámara de Luciano Emmer en cinco ocasiones y cuatro ante la de De Sica y Alessandro Blasetti, respectivamente. En realidad, a excepción de Roberto Rossellini y Bernardo Bertolucci, difícilmente hallaríamos un director italiano destacado con el cual Mastroianni no haya trabajado a estas alturas. Mastroianni ha atribuido su longevidad artística al ‘simple hecho de ser quien soy, permanezco pasivo ante el director para que éste haga conmigo lo que tiene en mente’. Y si todo eso suena a falsa modestia, véase lo que ha dicho en otras conversaciones, afirmando que jamás hubiera llegado a ser quien es sin el aprendizaje teatral que recibió durante finales de los cuarenta y cincuenta de la mano de Luchino Visconti”. (Donald Dewey, Marcello Mastroianni: Una biografía íntima. Ediciones Paidós, 1994)

 

Entradas: desde 4.000 pesos. 

La agenda completa del ciclo es la siguiente:

CASANOVA 70

(Italia/Francia, 1965). Dirección: Mario Monicelli. Con Marcello Mastroianni, Virna Lisi y Marisa Mell.

Un destacado comandante italiano en las fuerzas de la OTAN descubre que su interés por las mujeres, en condiciones normales, disminuye considerablemente. Pero, en situaciones de peligro, crece hasta convertirlo en un desenfrenado Casanova.

“Siempre me ilusionó tener la oportunidad de demoler mi imagen de latin lover. La verdad es que no es una etiqueta que me agrade. Cuando viajo, sea el punto del globo que sea, me encuentro siempre enfrentado a la imagen del italiano como una especie de semental. Si fuera cierto sería maravilloso, pero analicemos el tema un poco más de cerca para ver si lo es. E incluso en el caso de que hubiera algo de verdad en ello, ¿qué tal si le añadiéramos la sensibilidad italiana, que en el extranjero raramente nos atribuyen? Por eso a mí siempre me ha gustado interpretar a personajes italianos que son frágiles y vulnerables en el amor, que pueden amar más que los demás por su propio bien, pero para quienes los aspectos psicológicos del romance cuentan mucho más que los físicos. Tal vez no todos los italianos necesitan fantasías de peligro como las del personaje de Casanova 70, pero la deliciosa intención de la película era minar la imagen convencional del italiano como una especie de semental sin cerebro”. (Marcello Mastroianni)

Martes 24 de septiembre a las 15 y miércoles 25 a las 21 (113’; DCP).


MATRIMONIO A LA ITALIANA

(Matrimonio all’italiana; Italia/Francia, 1964). Dirección: Vittorio De Sica. Con Sophia Loren, Marcello Mastroianni y Marilú Tolo

Nápoles durante la Segunda Guerra Mundial, una época en la que la comida escasea y los bombardeos mantienen a la población en alerta. Filomena Marturano, una bella joven de diecisiete años que está absolutamente sola en el mundo, trabaja en un prostíbulo como única manera de ganarse la vida. Allí es donde conoce a Domenico Soriano, más conocido como Don Mimi, un burgués acomodado y dueño de un bar en la ciudad que decide retirarla de la profesión. La película está basada en la célebre pieza teatral de Eduardo De Filippo, llevada al cine en la Argentina con anterioridad, con Tita Merello en el papel protagónico.

Matrimonio a la italiana es un logro casi absoluto y eleva de golpe, incluso frente a los ojos más exigentes, el prestigio de Vittorio de Sica. Por qué De Sica ha alcanzado esta meta es algo explicable: por la perfecta fusión entre el tema, el director y la actriz protagonista: una articulación que nunca había sido tan perfecta” (Giovanni Grazzini).

Matrimonio a la italiana es un ejemplo de film entre el neorrealismo y la comedia tradicional. Dio un resultado óptimo. Desde un punto de vista artístico es un film estrictamente ortodoxo. No es un film neorrealista, sino en el sustrato. Está tratado neorrealísticamente. Es un film tradicional”. (Vittorio De Sica)

“El papel de Sophia Loren era difícil y Vittorio De Sica hizo cuanto pudo por ayudarla, para facilitarle el trabajo. Había una confianza y un entendimiento mutuos en la forma en que se plantearon el trabajo juntos. Comprendían sus respectivos sentidos del humor, existía el profundo vínculo de que los dos eran napolitanos”. (Marcello Mastroianni).

Martes 24 de septiembre a las 21 y sábado 28, a las 18 (102’; DCP).


AYER, HOY Y MAÑANA

(Ieri, oggi, domani; Italia/Francia, 1963). Dirección: Vittorio De Sica. Con Sophia Loren, Marcello Mastroianni y Aldo Giuffré. 

Film que consta de tres episodios protagonizados por Sophia Loren y Marcello Mastroianni, enfrentados en tres distintos tipos de relaciones amorosas. El primer episodio, escrito por Eduardo De Filippo, cuenta la historia de una napolitana que vende cigarrillos de contrabando y que está permanentemente embarazada, pues mientras esté en ese estado no entrará en la cárcel. En el segundo, basado en un relato de Alberto Moravia, Loren encarna a la esposa de un millonario al que engaña con Mastroianni. Y el tercero (escrito por el habitual colaborador de De Sica Cesare Zavattini) narra la iniciación sexual de un seminarista a manos de una prostituta.

Ayer, hoy y mañana y Matrimonio a la italiana eran un intento del productor Carlo Ponti de acelerar la estancada carrera cinematográfica de su esposa, Sophia Loren, y consiguió su objetivo. Si había algún escéptico respecto de las aspiraciones de Ayer, hoy y mañana era Vittorio De Sica, quien no intentaba disimular que había aceptado el film porque no había conseguido respaldo para un proyecto más personal. En tanto que el episodio de Moravia fue olvidado rápidamente, los de De Filippo y Zavattini se convirtieron en parte de la tradición cinematográfica del tándem Mastroianni-Loren, el primero por lo original de la premisa y el último por la escena del striptease (…) considerada por algunos críticos como una de las secuencias más deliciosamente graciosas de las comedias cinematográficas italianas”. (Donald Dewey, Marcello Mastroianni: Una biografía íntima. Ediciones Paidós, 1994)

Miércoles 25 de septiembre a las 18 y viernes 27 a las 21 (118’; DCP).


FELLINI OCHO Y MEDIO

(8 1/2; Italia/Francia, 1963). Dirección: Federico Fellini. Con Marcello Mastroianni, Sandra Milo y Claudia Cardinale. 

Ocho y medio es la historia de la historia de un film (que tal vez no se haga nunca), a través de los estados de ánimo, los sueños y las obsesiones de Guido, su director. Guido tiene cuarenta y seis años. Víctima de una enfermedad, debe seguir un tratamiento en una clínica termal. Dispone de una ociosidad forzosa que le permite volverse sobre sí mismo. ¿Quién es, qué hizo de su vida, qué quiere?”. (Gilbert Salachas).

“Se ha escrito que Ocho y medio es un film autobiográfico. Soy siempre autobiográfico, ¡incluso si me pongo a contar la vida de un pez! Y, sin embargo, estoy dispuesto a declarar que ese film es una obra de imaginación: entre todos los que hice, es el film que menos se refiere a menudos hechos personales. Puse en él tantas cosas oídas como cosas imaginarias. (…) Entonces, ¿qué es Ocho y medio? Tal vez sea, en el fondo, simplemente, el relato de un film que no he realizado”. (Federico Fellini).

Ocho y medio era una especie de sesión psicoanalítica, casi de autoanálisis, porque Guido era el retrato de un hombre de mi generación, un hombre sensible, inteligente, una especie de ilustrativo antihéroe. Era un prototipo de los cuarentones de aquel entonces, con su fragilidad y su confusión, un símbolo de una generación que no daba más de sí. Una persona que pronto no iba a serle útil a nadie. Ahora necesitamos gente con las ideas mucho más claras de lo que las tenía Guido. Y sin embargo pienso que la película en sí, en tanto producto del momento en que se realizó, era una bella radiografía”. (Marcello Mastroianni, Marcello Mastroianni: Una biografía íntima. Ediciones Paidós, 1994).

Jueves 26 de septiembre a las 16 y domingo 29 a las 20.30 (138’; DCP).


LA DOLCE VITA

(Italia/Francia, 1960). Dirección: Federico Fellini. Con Marcello Mastroianni, Anita Ekberg y Anouk Aimée. 

El periodista Marcello, un “paparazzi”, recorre los lugares habituales del escándalo a fin de alimentar la columna de chismes de un diario de gran tirada. Su joven amante, celosa y posesiva, lo anima involuntariamente a que él mismo lleve la vida descarriada que practican los seres que habitan sus columnas.

“Utilizando una estructura no lineal, postales de una vida en crisis, Fellini deja definitivamente de lado las influencias neorrealistas para centrarse en los estados mentales de sus criaturas, quienes exudan su interior y empapan la apariencia de todas las cosas. Está Marcello, el periodista cholulo con ínfulas de literato, pero a su alrededor también pululan decenas de personajes decrépitos y hermosos, extremos, grotescos, intentando sobrellevar una existencia que no logran comprender y mucho menos manejar. Lo de la Ekberg en la fuente es apenas anecdótico, casi superfluo. La esencia es la tristeza”. (Diego Brodersen, El Amante/Cine).

“En sus rodajes, Visconti estaba siempre de pie, a un lado, como un maestro que contempla cómo sus alumnos recitan la lección que se les ha enseñado. Fellini, en cambio, siempre estaba en medio. Cuando ensayábamos una escena, antes de rodar, él interpretaba todos los papeles y hacía unas muecas atroces fingiendo ser Anouk Aimée o cualquier otro. Yo pensaba: ‘¡Es increíble! ¡Para él todo esto es un juego!’ Aunque eso no significaba que Fellini no se tomaba su trabajo en serio. Era su manera de compartir su visión del tema con nosotros, puesto que, en definitiva, era la única manera en que él podía culminar su deseo de que fuera su película”. (Marcello Mastroianni, Marcello Mastroianni: Una biografía íntima. Ediciones Paidós, 1994).

Jueves 26 de septiembre a las 20 y domingo 29 a las 16 (180’; DCP).


UN DÍA MUY PARTICULAR

(Una giornata particolare; Italia/Canadá, 1977). Dirección: Ettore Scola. Con Sophia Loren, Marcello Mastroianni y John Vernon. 

El 6 de mayo de 1938, Hitler visita Roma. Es un día de fiesta para la Italia fascista, que se vuelca a las calles para recibir al líder alemán. En una típica casa de vecinos sólo quedan la portera, un ama de casa, Antonietta y Gabriele, quien teme a la policía por algún motivo desconocido. Al margen de la celebración política, Antonietta y Gabriele establecen una relación afectiva muy especial que les permitirá evadirse durante unas horas de la tristeza y monotonía de la vida cotidiana.

“La claustrofobia está presente en todos mis films, se trate de Feos sucios y malos, Un día muy particular, La familia o, incluso, Pasión de amor, donde no se sale del cuartel. Es, pues, un punto de referencia constante. Ustedes dirán: ¿Cómo salir del lugar cerrado? Pero para mí el problema es otro: ¿cómo entrar y recluirme en ese lugar cerrado?”. (Ettore Scola, Habíamos amado tanto a Cinecittá. Editorial Paidós, 2006).

“Me gusta Ettore Scola. Tiene sentido del humor, es inteligente, a menudo tranchant, y simpático. Con él puedes aportar ideas; si son válidas, las acepta. En una palabra, con Scola trabajas en colaboración. Recuerdo que en Un día muy particular yo, en el papelde homosexual, tenía que hacer una llamada telefónica muy delicada a mi amigo. Le dije a Scola: ‘Ettore, el pudor me sugiere hacer esta escena totalmente de espaldas. Acércate por detrás de mí con la cámara, para que lo que yo diga no resulte violento, no llegue al espectador de forma desagradable’. Scola estuvo de acuerdo, y es uno de los momentos más hermosos de la película”. (Marcello Mastroianni, Sí, ya me acuerdo… Ediciones B, 1997).

Viernes 27 de septiembre a las 18 y sábado 28 a las 21 (106’; DCP).


En la Sala Leopoldo Lugones (Corrientes 1530).

Localidades, desde 4.000 pesos.

 

 

 

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