La muestra reúne trabajos de Ernesto Ballesteros que son el resultado de la conjunción entre un pensamiento recurrente y un deseo repentino. Lo pensado fue la idea de que lo que existe, a nivel fundamental, existe desde siempre. No un siempre engañoso, del que usamos coloquialmente, sino un siempre literal e infinito. El deseo, específicamente, el deseo de realizar estos trabajos, nació de la observación concentrada de la maravillosa obra de Odilón Redón, y del maravilloso intento de Leonardo Da Vinci de dibujar los flujos del aire y el agua. El resultado de estos pasteles fue, de una manera que no ofrece pruebas, que no hay principio. La exposición se desplegará en la sala principal de la galería y estará acompañada con un texto de Francisco Garamona.
Del 29 de junio al 30 de julio. Puede visitarse de martes a sábado, 14 a 19.
Ruth Benzacar (Juan Ramírez de Velasco 1287)