Los viernes y sábados de abril, se proyectan siete filmes de los inicios de la trayectoria del gran director británico Alfred Hitchcock. La entrada es gratuita, con reserva previa. El Museo Nacional de Bellas Artes y Amigos del Bellas Artes presentan del 5 al 27 de abril Alfred Hitchcock, el nacimiento de un maestro, el primer ciclo del año de Bellas Artes Cine, dedicado a proyectar siete películas de los inicios de la trayectoria del realizador británico, con entrada gratuita.
Las películas, en su idioma original con subtítulos en castellano, se proyectarán los viernes y sábados, a las 18, en el Auditorio de Amigos del Bellas Artes, ubicado en Av. Figueroa Alcorta 2270. La programación incluye El inquilino (1927), Chantaje (1929), Los 39 escalones (1935), La dama desaparece (1938), La posada maldita (1939), Corresponsal extranjero (1941) y Cuéntame tu vida (1945).
Las entradas son gratuitas, con reserva previa, y se adquieren únicamente en línea, completando un formulario disponible en la página web del Bellas Artes, que se habilita una semana antes de cada función.
“Pocos realizadores en la historia del cine han sido ‒son‒ tan influyentes como Alfred Hitchcock. Suele olvidarse que fue uno de los más logrados entertainers en el negocio, una figura pop, un hombre de enorme olfato y éxito comercial. Suele olvidarse, también, que pensaba sobre todo en su público y en el entretenimiento, porque creía que a través de él era posible llegar a temas profundos”, afirma Leonardo D’Espósito, curador del ciclo.
“Este ciclo presenta su último gran éxito del cine mudo, su exitoso paso al sonoro en Gran Bretaña, y una de las primeras películas realizadas en Hollywood, donde encontró finalmente su hogar. Los filmes se proyectan en orden cronológico, una manera de ver el progreso de un estilo que marcó a fuego el cine”, agrega el crítico.
EL INQUILINO (The Lodger)
Esta fue la última película muda de Hitchcock, que ya era un realizador con peso dentro de la industria británica del cine. Alumno del expresionismo alemán de la UFA (donde llegó a ser asistente de dirección y conoció a realizadores clave como Fritz Lang y W. H. Murnau), logró en esta película dos hazañas. Inspirada lejanamente por el mito de Jack el Destripador, tenemos un asesino serial que aniquila rubias. Tenemos una rubia de novia con un policía, tenemos un extraño que llega a la casa de la rubia, alquila una habitación y tiene su propia agenda, tenemos un melodrama de celos que lleva a “hacerle trampa” a la historia, tenemos suspenso puro e incluso una alegoría católica.
Hay más: Hitchcock logra traducir en forma visual indicios sonoros (un techo de vidrio es la clave, hay que verlo para no oírlo y creerlo), hace el primero de sus famosos “cameos” (forzado por la necesidad, es uno de los periodistas en un momento clave de la película) y logra pintar un mundo con ironía (las pelucas morenas) y tragedia (la venganza de un hombre triste) en una Londres idéntica a un laberinto, y mortal. Ha habido remakes y reinterpretaciones de este filme, pero en comparación son pálidos reflejos.
Viernes 5 de abril, a las 18.
CHANTAJE (Blackmail)
Los 39 escalones (The 39 sNo se suponía que “Chantaje” fuera a convertirse en la primera película sonora británica, pero así fueron las cosas. Hitchcock la había terminado como una película totalmente muda cuando los productores le pidieron rehacer la última parte como sonora. Lo que hizo fue crear dos versiones: una completamente sonora, otra totalmente muda. La gente prefería la muda, pero el cambio de un formato a otro era definitivo, y la copia muda quedó en el olvido. Sin embargo, Hitchcock tomó el sonido y la música, ya en ese primer intento, como algo más con lo que jugar. Vean y escuchen la secuencia del desayuno cada vez que alguien pronuncia la palabra cuchillo (de paso, traten de ver de qué trata la conversación). La historia de una chica que asesina a su violador y trata de ocultar el hecho hasta que alguien comienza a chantajearla sirve a Hitchcock para plantear algunos de sus temas: que el mundo cotidiano es indiferente a las tragedias individuales, el impulso sexual y el instinto de supervivencia entre la Humanidad más civilizada, y la imagen de la caída ‒siempre literal y simbólica‒ en esa persecución final plena de trucos bellos y sorprendentes.teps).
Sábado 6 de abril, a las 18.
LOS 39 ESCALONES (The 39 Steps)
Después de un par de filmes sin demasiado éxito, Hitchcock recurrió a dos estrellas (Robert Donat y Madeleine Carroll), a una novela popularísima de John Buchan, y a la mezcla de suspenso, aventuras y comedia romántica que se volvería una parte importante de su carrera. Aquí hay un hombre envuelto, sin quererlo, en una enrevesada intriga de espionaje alrededor de cierta organización secreta. Pero hay, también, una parábola cómica sobre el matrimonio (nuestro héroe termina más de media película esposado a una joven muy atractiva), una serie de secuencias absurdas ‒Hitchcock tenía muy buen ojo para el surrealismo, como se verá en su colaboración con Salvador Dalí en “Cuéntame tu vida”, además de admirar a Buñuel‒ y una reflexión sobre el poder del espectáculo a través del puro espectáculo. Además, esta película es el “molde” de esas historias en las que un personaje perseguido por algo que no hizo recorre un país de punta a punta (cuyo epítome es la maravillosa “Intriga internacional”). Veloz en situaciones y diálogos, plena de invenciones, fue un enorme éxito que tuvo varias remakes (ninguna como la original, queda claro) y mantiene intacto su poder de fascinación.
Viernes 12 de abril, a las 18.
LA DAMA DESAPARECE (The Lady Vanishes)
Trenes, espías, una señora muy digna y amable, una chica, un muchacho y un problema: la señora digna y amable no solo desaparece de un tren en movimiento, sino que todo el mundo jura que no existe. La espiral de magia que despliega Hitchcock en esta película notable, donde el absurdo se vuelve una forma lógica, es única. También la manera de contar la historia y de disponer de diálogos en los que sobrevuelan el humor, la ironía, la gracia, y la posibilidad de decir aquello que las censuras y las “buenas costumbres” deciden no contar. La secuencia final es una maravilla por cómo la acción física, mortalmente peligrosa, tiene como contrapunto el humor desenfadado y feliz. Y, como corresponde a estas grandes películas del realizador, es también una parábola sobre el matrimonio. Al igual que en el resto de los filmes del ciclo, es importante la presencia femenina: Hitchcock trata a sus mujeres como objetos de deseo y también como personas muchas veces más inteligentes, perceptivas y resolutivas que sus héroes masculinos. De paso, toda la comedia británica de la Ealing, que apuntalaría la industria en la segunda posguerra, está concentrada en esta fantasía sobre ruedas.
Sábado 13 de abril, a las 18.
LA POSADA MALDITA (Jamaica Inn)
El último filme realizado por Alfred Hitchcock antes de aceptar el contrato con David O. Selznick para mudarse a Hollywood ‒sueño que tuvo desde que comenzó a filmar, pero que se convertiría en algo así como una pesadilla en la relación con el productor de “Lo que el viento se llevó”‒ es muy extraño: una película de piratas sin abordajes, planchadas, duelos de espadas o cañonazos. La historia es la de una posada y un faro: el faro se usa para hacer naufragar barcos (la inversión de los objetos, que pasan a revestir un significado moral, es clave en el cine de Hitchcock, en ese sentido, reflejo especular del de Buster Keaton) y el villano (un Charles Laughton lleno de tics) parece amable. Hay una chica (Maureen O’Hara antes de volverse el epítome de pelirroja audaz que tendría con John Ford un lugar clave en el cine) y hay intrigas, pero todo sucede entre cuatro paredes, en un clima que podría describirse como de amable pesadilla. No carece de momentos geniales ni de ideas interesantes: especialmente ese villano que ejerce la fascinación y deja la violencia animal a sus subordinados, una figura que permeará todo el cine del realizador de aquí en más.
Viernes 19 de abril, a las 18.
CORRESPONSAL EXTRANJERO (Foreign Correspondent)
Por fuera de su trato con David O. Selznick, Hitchcock realizó este hermoso thriller ambientado en la Segunda Guerra Mundial (algo valiente: todavía los Estados Unidos no estaban en el conflicto; todavía los nazis tenían admiradores). En él toma algunos de los tópicos de sus películas anteriores ‒el hombre que tiene en su cabeza un secreto decisivo, las persecuciones, los paisajes que traicionan por una pequeña anomalía, la huida a toda velocidad, el crimen escondido ante cientos de testigos‒, para crear una verdadera fábula antifascista que es, también y con ritmo de serial condensado, una perfecta película de aventuras. Dos elementos son extraordinarios: la actuación de un irónico George Sanders como amigo del protagonista y la secuencia final con un accidente de aviación que incluso hoy ‒en especial hoy, dado que es todo analógico y sin manipulación digital‒ resulta espectacular, de esas secuencias en las que el espectador se pregunta “¿cómo hicieron?”. El final es por fin un llamado esperanzado y valiente a combatir al nazismo. Otra enseñanza: a veces, el cine debe decir lo que hay que decir, pero no por eso dejar de asombrar y divertir al espectador.
Sábado 27 de abril, a las 15.30.
CUÉNTAME TU VIDA (Spellbound)
Después de una carrera notable en Gran Bretaña, Hitchcock fue contratado por David O. Selznick para realizar varias películas en los Estados Unidos, el lugar donde el realizador siempre quiso filmar. La colaboración entre ambos es mítica por las presiones del productor y la decisión del director. Quedaron varias obras maestras, como Rebecca (el único filme de Hitchcock que ganó un Oscar, aunque se lo llevó el productor), Tuyo es mi corazón y Cuéntame tu vida. Nada mejor: Hitchock tenía a la mayor estrella de entonces en el elenco, Ingrid Bergman, a un joven galán como Gregory Peck y, para la secuencia clave en la que un sueño da las pistas de un crimen, a Salvador Dalí. Aunque parece un estudio sobre el psicoanálisis, “Cuéntame…” es otra cosa, una comedia romántica disfrazada, en la que una decidida psicóloga asiste a un hombre turbado que podría ser o no un asesino, mientras la policía los persigue por medio país. El final, con el uso de una de las más famosas subjetivas de la historia del cine, es pura invención; el suspenso a veces se resuelve con humoradas crueles, y la tragedia del héroe es conmovedora. Hitchcock se había convertido finalmente en Hitchcock.
Sábado 27 de abril, a las 18.
Viernes y sábados de abril a las 18. Entrada libre y gratuita con reserva previa en www.bellasartes.gob.ar
Auditorio Amigos de Bellas Artes (Av. Figueroa Alcorta 2270).