De Natalia Casielles. La obra se constituye como el intento de reconstrucción de una vida: la vida de Paco Jaumandreu. Marica, diseñador, modisto, crítico, personaje público, performer, escritor. Paco es recordado por ser quien vistió a Eva Perón, sin embargo y más allá de este vínculo esencial, hay mucho más para descubrir en la historia de este personaje.
En este universo imaginario, similar a paisajes poéticos de Puig, Perlongher y La Noy, Paco regresa: está de vuelta. Regresa y consigo trae a sus fantasmas: sus tías, sus amantes, sus modelos, las anécdotas, los shows, a Evita. Esta reivindicación se constituye en un gesto tierno que se opone y transforma la crueldad ejercida sobre las disidencias sexuales. La ternura como gesto político, citando a Lemebel, como posibilidad de que “homosexualice la vida”, la existencia, la lucha. Ternura que se introduce en el vínculo de Paco con Isabel Sarli, Fanny Navarro, Azucena Maizani y Evita: esa relación de la loca con las amigas, que se constituye en alianza queer. Al darles lugar en su historia, Paco reconstruye sus anécdotas, sus tristezas y sus potencias. Esas alianzas son las que permiten atravesar el dolor de la soledad obligatoria, esa “nubecita de humo violeta” como la nombra Paco, que lo ahoga cada vez que un chongo-amante lo abandona para cumplir con el mandato heterosexual de la familia y los hijos. Para hablar en primera persona, para mariconear un poco más, para contar su historia, para exigir ternura: Paco vuelve. Todo esto ocurre en la gran cabeza de Paquito: un teatrito-pasarela, escenario de géneros menores, que con canciones y música en vivo, se propone reivindicar una vida. Con Nicolás Martín, Maiamar Abrodos, Matías Lopez Barrios, Lucía Adúriz Bravo y Paola Medrano. Dirección de Juanse Rausch.
Duración: 80 minutos.
Sábados a las 22.30.
Localidades, 4.000 pesos.
El Galpón de Guevara (Guevara 326).