La artista Isabel Picasso presentó en un Open Studio sus últimos trabajos. Se trata de una artista sutil, inteligente, detallista y que busca sorprender al observador en cada obra. No sólo hay que destacar su precisión en el dibujo, en las formas y el contenido, sino también en la presentación lumínica que realiza en cada una de ellas.
Esas obras de grandes dimensiones que muestran y sugieren a la vez dan una muestra cabal de una artista con una sólida preparación y madurez. Estudió Bellas Artes en el Instituto Santa Ana y asistió a los talleres de Kenneth Kemble, Miguel Dávila y Luis Centurión entre otros. Hace más de veinticinco años pinta back-lights, pinturas sobre telas en cajas con luces leds. Su estética se basa en pintar imágenes oníricas, rostros, objetos con su luz interior. Ha participado en innumerables muestras individuales y colectivas en museos, galerías y centros culturales, ha participado como artista de Laura Haber en Arte BA y sus obras se vieron también en la Bienal de Arte Sacro y en distintos Salones nacionales.
La crítica Patricia Rizzo escribió para acompañar estas muestra: "Las figuras que Isabel representa suelen estar en un estado meditativo. Se observan semblantes que expresan placidez y pacificación; las escenas y entornos que los circundan reflejan también beatitud. Podría decirse que sus obras se enfocan en interpretar simbologías y caracterizaciones relativas a la bienaventuranza; figuras y representaciones en una condición natural de elevación y serenidad.
"Independientemente de cualquier análisis puntual sobre uno u otro de sus trabajos, hay un aspecto y perspectiva común en la producción que presenta y se ha convertido en eje central de su investigación pictórica, éste es su interés y curiosidad por la dimensión espiritual. Visualmente, la materialidad de sus obras incluye tanto pinturas de gran formato como miniaturas, dibujos y pasteles y muchas de ellas incorporan luminarias LED que contribuyen a reforzar la idea de irradiación que la artista quiere incorporar en la lectura de sus obras. Llegar en lo posible a la noción de resplandor en sus representaciones.
"Las luces aparecen de forma intermitente y esa oscilación alterna les otorga apariencia de movilidad.
Como si las figuras se tornaran vívidas, al decir de la artista. También hay determinados objetos inanimados, como cofres o piedras en los que utiliza un lenguaje simbolista; éstos suelen ocupar un espacio central en la obra y aparentar estar en un estado de flotación, con una condición incorpórea.
Estos sostienen que el problema de la crisis existencial de la humanidad radica, en líneas generales, en que el pensamiento moderno tiende a enfocar a las ciencias y a la espiritualidad como disciplinas separadas y esto sería equívoco en tanto que ésta se considera el conocimiento de lo infinito, es decir, el entendimiento de todos los temas. Cubriría desde esa interpretación, todo el mundo físico y el mundo sutil invisible, todas las regiones físicas y espirituales, todas las frecuencias físicas y sutiles, energías y vibraciones, todos los seres vivos e inertes en todo el universo. La espiritualidad contendría entonces, todo el conocimiento y la memoria del pasado, presente y futuro, desde el principio hasta el final del universo. Todos contenemos multitudes sigue en esa línea de pensamiento", culmina.
Isabel Picasso es una artista curiosa que continúa en la búsqueda de nuevos caminos del arte. Hay que seguirla de cerca porque estamos seguros que aún puede sorprendernos más de lo que ha hecho hasta ahora.