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CAMINOS: ENTRE IDAS Y VUELTAS
Una muestra de Carolina Cerverizzo. Dice Gabriela Naso en el prólogo de la exhibición: “En sus obras más recientes (...) Cerverizzo apuesta por una senda algo diferente: las líneas pierden su rol protagónico y se vuelven las fronteras que delimitan campos de color sólido, que terminan en filosos ángulos. En ellas, la vibración ocurre por la estridencia de los tonos elegidos y sus inesperados contrastes, que desafían el mandato de rigurosa armonía propia de los cultores de la tradición geométrica. En esta etapa, su paleta se vuelve más amplia y audaz. Estos elementos se conjugan en composiciones altamente dinámicas, que invitan a la mirada a recorridos vertiginosos, que ascienden y descienden por sus pronunciadas diagonales, convergen hacia distintos puntos y se superponen o cortan entre sí, creando una sensación de profundidad ambigua, de espacio que se expande y contrae.”
Del 4 al 26 de abril. Puede visitarse de lunes a viernes de 12 a 18.
Rubbers (Av. Alvear 1640, P.B.)
Cao Fei El futuro no es un sueño
Se trata de la primera exposición individual en América Latina de Cao Fei (Guangzhou, China, 1978), hoy considerada una de las artistas más importantes de su país natal y del circuito internacional contemporáneo. Producida por la Pinacoteca de São Paulo, la muestra está compuesta por nueve proyectos que incluyen una treintena de obras, la mayoría de ellas videoinstalaciones creadas desde principios de la década de 2000 hasta la actualidad, dispuestas en un gran montaje inmersivo.
A partir de una variada investigación que experimenta con diferentes medios y soportes, Cao Fei se interesa por el modo en que los rápidos cambios sociales del siglo XXI se reflejan en nuestras subjetividades, atravesadas por el uso intensivo de la tecnología tanto en los ambientes laborales como en los tiempos de ocio. Su punto de partida son las grandes transformaciones urbanas que China viene experimentando en las últimas décadas y la revolución tecnológica que atraviesa el país.
Si bien su universo de referencia son las plataformas digitales, los videojuegos, las redes sociales, los avatares y las identidades virtuales, su poética también atraviesa la visibilización de las condiciones laborales producto del impulso industrial y de las complejidades de lo identitario en un país altamente heterogéneo en términos étnicos como China. En esta línea, las políticas de urbanización y la especulación y proyección inmobiliaria adquieren en su obra dimensiones críticas.
Esta exposición presenta las investigaciones de Cao Fei en una generosa selección que abarca desde sus primeros trabajos hasta los más recientes, organizados en cuatro núcleos: “Fabricación y globalización”, “Pasado y presente del mundo virtual”, “Memorias del socialismo y ciencia ficción” y “Urbanización y distopía”. Esta selección permitirá al público observar su uso crítico de diferentes plataformas y tecnologías: desde Second Life, un entorno virtual tridimensional e interactivo que tuvo mucho éxito en la década de 2000, hasta el metaverso. Si bien el video es el medio de mayor expresión de la artista, el espacio expositivo se ha organizado en experiencias teatrales de instalación, con la presencia de objetos que entrelazan nuestras imaginaciones de pasado y futuro. Los elementos utilizados en sus películas aparecen en la exposición como si desbordaran de la pantalla, invitándonos a jugar con las fronteras entre realidad y ficción.
Nos adentramos así en las preguntas fundamentales que conforman la investigación de la artista: ¿cómo se ha transformado la experiencia humana con el desarrollo de la inteligencia artificial? ¿Qué ha cambiado en la construcción de nuestra identidad en medio de tantas posibilidades virtuales? ¿Soñamos digitalmente? En esta exposición no encontramos respuestas cristalinas, sino elaboraciones sofisticadas que revelan lo ambiguas que son las relaciones actuales entre lo vivo, lo no vivo, lo posthumano, lo ciborg y otros géneros, trascendiendo categorías y fronteras binarias.
Del 29 de noviembre al 17 de febrero. Puede visitarse de jueves a lunes de 12 a 20 y miércoles de 11 a 20. Martes cerrado.
Entrada general, 8.000 pesos; estudiantes, docentes y jubilados con acreditación, 4.000; menores de 5 años y personas con discapacidad, sin cargo.
Malba (Figueroa Alcorta 3415).
CARLOS ARNAIZ: DESPLAZAMIENTOS
Esta nueva exposición de Carlos Arnaiz reúne obras recientes de diversos formatos. Dice Pablo Gianera: "Hay en la forma algo que se resiste a la explicación geométrica, y ese “algo” es el movimiento, que convierte en tiempo el espacio del cuadro.
Las formas de Carlos Arnaiz -esas formas de las que resultan la sola forma suya- son inquietas, van de un lado al otro, según una ley de permutación que conoce y domina únicamente el artista. Antes que a mantener su independencia en el mismo plano (como personajes de una obra de teatro que no necesitan dirigirse la palabra), los límites entre las formas tienden a confundirse: ya no sabemos en qué punto empieza cada una porque la pincelada invade, solapa, crea alianzas, conjuraciones morfológicas. Entra aquí en juego la imaginación vegetal de Arnaiz, y como en un jardín silvestre -la contradicción es aparente-, donde una flor avanza sobre otra y hacen juntas una flor diferente. El artista inventa esas flores que no existen y sus acoplamientos. Estos movimientos y estas multiplicaciones llevan también a otro lado: son metáforas generosamente vacías, que Arnaiz entrega para que sean colmadas por el ojo del observador".
Del 29 de junio al 31 de agosto. Puede visitarse de lunes a viernes de 15 a 19. Jorge Mara / La Rucche (Paraná 1133).
CARTOGRAFÍAS EMOCIONALES
Exposición individual del artista Ignacio de Lucca, en la que presenta sus trabajos más recientes. La curadora Laura Batkis fue testigo y acompañó el proceso de cambio y transformación en la nueva pincelada del artista y escribió:
La pintura de Ignacio de Lucca está inserta en el revisionismo actual de los modelos de la modernidad, con una visión contemporánea que quiebra la manera normativa de aquellas poéticas. Por mucho tiempo sus trabajos remitieron a su Misiones natal y, más específicamente, a la exuberancia de ese paisaje.
En la muestra que hoy presenta, comienza una nueva etapa. Hay un cambio en el proceso interno de la realización, con un accionar más lento. Los motivos referenciales se esbozan apenas sugeridos en una dimensión espacial exenta del carácter narrativo que prevalecía en sus trabajos anteriores. Es un viraje conceptual que retoma un proceso de abstracción iniciado en 2004 cuando participó de la residencia para artistas ¨Paintings Edge Program¨, California. Allí, con la mirada y el diálogo con los maestros Elizabeth Murray, Terry Winters y Laura Owens, comienza a experimentar con procedimientos y procesos (gesto, mancha) que ahora vuelven como herramientas para gestar las imágenes.”
Para de Lucca De Lucca "Cartografías emocionales " es la emoción que piensa, circuitos caóticos que van componiendo un nuevo organismo. Hoy es un medio infalible para dar rienda suelta a un deseo vital.
Del 10 de abril al 30 de mayo. Puede visitarse de lunes a viernes de 14 a 19.
Tramo (Av. Alvear 1580, PB)
CELINA ECEIZA: OFRENDA
Primera exposición individual en un museo de la artista Celina Eceiza, un proyecto inmersivo que fue producido por el Moderno en su totalidad. Celina Eceiza (Tandil, 1988) es licenciada en Arte Visuales, egresada de la Universidad de las Artes (UNA). En 2016 fue seleccionada como agente en el Centro de Investigaciones Artísticas (CIA), y en 2024 participó de la residencia internacional Art Omi, en Nueva York. Entre otras distinciones, en 2020 recibió el primer Premio de Pintura del Banco Central. Su obra integra el acervo del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, entre otras importantes colecciones públicas y privadas.
En la exposición que inaugura en el Moderno, la artista combina técnicas y procedimientos de la producción textil artesanal como el patchwork, el collage con elementos recolectados y, más recientemente, el yeso y el pastel tiza, que aportan una nueva fluidez a las imágenes. Sus composiciones están pobladas de figuras blandas, fragmentos de cuerpos en transformación, flores y frutas de la mejor tradición del bodegón, así como referencias entretejidas de los movimientos artísticos del siglo XX y de diversas capas de la historia de la cultura, incluidas la antigüedad grecorromana, el cristianismo primitivo y el hippismo de los años sesenta.
Eceiza viste la arquitectura como si el espacio fuera un cuerpo y lo organiza a través de habitaciones de diferentes proporciones que son siempre una invitación para la hospitalidad.
Del 26 de septiembre a marzo 2025. Puede visitarse lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19; sábados, domingos y feriados de 11 a 20 Martes cerrado).
Miércoles: entrada gratuita para público general. Entrada general, 2.500 pesos para visitantes residentes en Argentina. Sin cargo: jubilados, menores de 12 años, personas con discapacidad y acompañante, grupos de estudiantes de escuelas públicas.
Museo de Arte Moderno (San Juan 350).
CIEN CAMINOS EN UN SÓLO DÍA
Para esta muestra Luciana Lamothe creó especialmente un paisaje suburbano monumental, sobre el que artistas argentinos de diferentes contextos, expresan las propuestas que irrumpieron durante la crisis económica de fines de 2001. La gran instalación de Lamothe aloja un conjunto de objetos, instalaciones, esculturas, videos, pinturas y fotografías, varias de ellas pertenecientes a la colección del Museo Moderno, y otras producidas para esta exposición. La curaduría es de Jimena Ferreiro.
Rosario Bléfari prologa esta exposición con una frase de
Excursiones, el disco de culto que editó con su banda Suárez en 1999. Sus canciones evocan imágenes y sensaciones emocionales de la ciudad, mientras dibujan maneras de recorrerla, a veces sin rumbo fijo, descubriendo los caminos para reinventarla. La ciudad puede ser tan hostil como lúdica, como la obra de Luciana Lamothe (Mercedes, Prov. de Buenos Aires, 1975), tan vandálica como constructiva, tan efímera, deforme y brutal como precisa. Este juego de opuestos encuentra en cada nueva acción de Lamothe, una forma de compensación para la resolución del conflicto. Sus esculturas e instalaciones son contexto y situación, y tienen la capacidad de mutar y expandirse. Para esta exposición, Lamothe transforma y envuelve el espacio de la sala para alojar a un conjunto de artistas de su generación que emergieron en la escena del arte contemporáneo luego de la crisis del año 2001. La memoria de la ciudad devastada se volvió materia y experiencia para estos artistas: una poética del desecho y la contaminación que transmuta la violencia en potencia y permite inventar nuevas maneras de habitar. El estallido también puede ser una lluvia de colores para poetizar el entorno de lo próximo.
Del 6 de julio al 30 de agosto.
Puede visitarse lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 y sábados, domingos y feriados de 11 a 20.
Entradas general residentes, 500 pesos; miércoles, entrada gratuita. Entrada general para extranjeros, 3000 pesos y para extranjeros del Mercosur, 1.500.
Museo de Arte Moderno (San Juan 350).
COLECCIÓN ALEJANDRO IKONICOFF
Con gran entusiasmo, la galería Nora Fisch presenta una exhibición, con curaduría de Alejandra Aguado, dedicada a la colección de arte de Alejandro Ikonicoff. Armada centralmente durante la primera década de este siglo, este grupo de obras y documentos representa un verdadero registro de la sensibilidad de la época y de las actividades que en ese momento caracterizaron la escena del arte que se desarrollaba en Buenos Aires.
La colección refleja, así, una buena parte de la generación que emergió entre 1999 y 2010 e incluye a varios artistas que en años posteriores obtuvieron sólido reconocimiento local e internacional. Ikonicoff adquirió obras de las primeras muestras de Luciana Lamothe, Eduardo Navarro y Diego Bianchi. Fernanda Laguna, co directora de Belleza y Felicidad —el espacio en los márgenes del establishment del arte que signó la entrada del arte argentino en este siglo y que Ikonicoff frecuentaba— está bien representada en la colección, así como lo están Leopoldo Estol, Marcelo Galindo. Cecilia Szalkowicz, Gastón Pérsico, Miguel Mitlag, Rosana Schoijett, Juliana Iriart, Dani Umpi, Max Gomez Canle, Bruno Dubner, entre otros. La colección también se nutrió de la galería Appetite, que irrumpió en la escena en el año 2005, y de varios de los artistas que participaron de las ediciones de la Beca Kuitca de los años 2003-2005 y 2010-2011.
En años recientes las instituciones artísticas han dedicado atención a la producción de la década de los 90. Con esta muestra, la galería y la curadora se proponen iluminar las tendencias y actitudes surgidas tras la crisis del 2001 y el consecuente cambio de época, a través del filtro de las elecciones de un coleccionista que se involucró con el momento.
Artistas participantes: Adrián Villar Rojas, Agustín Inchausti, Ariel Cusnir, Belén Romero Gunset, Bruno Dubner, Carlos Herrera, Cecilia Szalkowicz, Dani Umpi, Daniel Joglar, Deborah Pruden, Diego Bianchi, Diego de Aduriz, Diego Melero, Dudú Alcón Quintanilla, Eduardo Navarro, Ernesto Ballesteros, Fernanda Laguna, Gabriela Forcadell, Gastón Pérsico, Guillermo Faivovich, Guillermo Ueno, Irina Kirchuk, Javier Barilaro, Juliana Iriart, Juan Tessi, Leo Estol, Luciana Lamothe, Lucio Dorr, Lux Lindner, Marcelo Galindo, María Guerrieri, Mariano Ullúa, Marisa Rubio, Martín Legón, Matías Duville, Max Gomez Canle, Máximo Pedraza, Miguel Mitlag, Mónica Heller, Nicolás Mastracchio, Raúl Flores, Rosa Chancho, Rosana Schoijett, Rosario Zorraquín, Sandro Pereira, Sofía Bohtlingk, Tomás Espina, Valentina Liernur y Vicente Grondona.
Del 18 de mayo al 10 de junio. Puede visitarse de martes a sábados de 14 a 19.
Nora Fisch (San Juan 701).
COLLAGES
Exponen Pat Andrea, Carlos Arnaiz, Washington Barcala, María Bayá, Monica Canzio, Diana Chalukian, Florencia Gechter, Kenneth Kemble, Kirin Juan Lecuona, Macaparana, Lucía Mara, Kveta Pacovská, Liliana Porter, Fidel Sclavo, Grete Stern, Eduardo Stupía y Carola Zech.
El collage, en su versión más conocida: un fragmento de papel, tela, o madera pegado (collage viene de cola o pegamento) a una superficie pictórica – tela o papel - ingresa en el arte de nuestro tiempo de la mano de Picasso y Braque, entre los años doce y diecisiete del siglo XX. Esto ocurrió cuando ambos artistas estaban abocados a la creación del Cubismo. Hay sin embargo un trabajo de Picasso de 1908, en la que el malagueño esboza una obra en tinta negra y gouache sobre un cartón de embalaje, con una etiqueta blanca pegada, pintada y dibujada por él. Se lo considera su primera incursión en el collage. Braque, por su lado, había incorporado papeles pegados a sus dibujos en carbonilla y en el verano de 1911, durante una estadía conjunta de ambos pintores en Céret - una ciudad de los Pirineos franceses, - Picasso pudo ver y (según consta) admirar esos collages tempranos de su colega. Una vez más es difícil precisar cuál de los dos influyó sobre el otro. El consenso es que ambos artistas se influyeron mutuamente, que no hay una clara precedencia en la incorporación de otros materiales en sus obras, que sus investigaciones corrían a la par y que en esos años la creación del cubismo fue fruto de una colaboración estrecha.
Del 1° de diciembre al 29 de febrero 2024. Puede visitarse de lunes a viernes de 15 a 19.
Jorge Mara / La Ruche (Paraná 1133).
COMECHIFFONES
Con la curaduría de Leandro Martínez Depietri, Chiachio & Giannone vuelven a fabular su vida en una multitud de retratos en piezas textiles. Barbudos, de pelo cano, tienen algo del chiffonnier pintado por Manet en 1869: uno de los tantos que pateaban las calles de París en los siglos XVIII y XIX en busca de las telas sobrantes de la industria de la moda.
Ellos también recolectan trapos y reconstruyen con los jirones una imagen familiar de herencia blanda donde no todo está escrito, asumiendo la identidad como un proceso de búsqueda e invención. Cuando el futuro se ausenta del horizonte, la producción de nuevos pliegues temporales es la utopía casera que fabrican las agujas de Chiachio & Giannone, quienes bordan su mito de origen una y otra vez y producen un mundo familiar alternativo a partir de los restos del presente.
Del 13 de septiembre al 7 de octubre. Puede visitarse de martes a sábados de 14 a 19.
Ruth Benzacar (Juan Ramirez de Velasco 1287).
COMIENZO DEL JUEGO
En el marco del Año Cortázar en el que se conmemoran los 110 años de su nacimiento y los 40 de su muerte, el Centro Cultural Recoleta presenta una gran exposición multidisciplinaria e interactiva dedicada a la vida y obra del escritor argentino e inspirada en su imaginario.
El Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires viene desarrollando a lo largo del año una serie de homenajes al autor de Rayuela. El Recoleta le dedicó ciclos de cine, charlas con escritores, artistas y críticos y corona el año con esta exhibición titulada Comienzo del juego, que se despliega en el amplio espacio bautizado en 1994 en su honor como salas Cronopios, J y C.
Las salas J y C, curadas por los críticos literarios Maximiliano Tomas y Pablo Gianera respectivamente, están dedicadas a la vida y obra de Cortázar a través de un abanico de elementos diversos y en muchos casos inéditos. Desde fotografías y objetos personales que se exhiben por primera vez hasta dibujos de su autoría, cartas manuscritas y mecanografiadas, dos cortometrajes realizados para esta muestra por el cineasta Eduardo Montes-Bradley en base a imágenes registradas por el propio Cortázar, una instalación sonora, audios originales y una selección de fragmentos de su obra.
La sala J se centra en los años de su infancia en Banfield y de su juventud, cuando ejerció la docencia, escribió sus primeros textos, comenzó a publicar y desarrolló una pasión voraz y ecléctica por la lectura. La sala C refleja su vida en París, donde llegó en 1951 a los 37 años y se consagró como escritor.
Un gran túnel ideado por el curador Rodrigo Alonso en Cronopios une las dos salas laterales. No es caprichosa la idea de un túnel que funcione como pasaje, ya que se trata de un concepto esencial en la obra cortazariana. Que el visitante pueda recorrerlo sin seguir un único sentido sino múltiples, dejándose llevar de manera azarosa y lúdica por ese camino serpenteante, llegando a diferentes espacios, se vincula con el carácter lúdico y fantástico de muchos de sus cuentos y novelas.
El público se encontrará allí con obras de artistas argentinos de distintas generaciones: Marta Minujín, Edgardo Giménez, Pablo Suárez, León Ferrari, Graciela Taquini, Jorge Macchi, Fermín Eguía, Paula Toto Blake, Nadia Gutman, Gisela Banzer y Mildred Burton, entre otros. Un total de 25 creadores (hay un único extranjero, el chileno Hugo Covarrubías) presentan sus creaciones en esta sala imbuida de un espíritu de divertimento y fantasía.
Curadores: Maximiliano Tomas (Sala J), Rodrigo Alonso (Sala Cronopios), Pablo Gianera (Sala C).
Artistas en Sala Cronopios: Abril Barrado, Diego Pogonza + 6° naturales, Edgardo Giménez, Elsa Soibelman, Fermín Eguía, Florencia Almirón, Gerardo Feldstein, Gisela Banzer, Graciela Taquini, Hugo Covarrubias, Hugo Sbernini, Inés Raiteri, Irene Lasivita, Jorge Castro, Jorge Macchi, León Ferrari, Manuel Ameztoy, Marcela Sinclair, Marta Minujín, Mildred Burton, Nadia Gutman, Pablo Suárez, Paula Toto Blake, Roberto Cenderelli, Sebastián Gordin.
Del 15 de octubre hasta marzo de 2025. Puede visitarse de martes a viernes 13.30 a 22 y sábados, domingos y feriados 11.15 a 22. Lunes cerrado.
Entrada libre.
Centro Cultural Recoleta (Junín 1930).
CONCURSO UADE DE ARTES VISUALES
Del 15 de agosto al 22 de septiembre se abrirá la convocatoria para el 18° Concurso Nacional UADE de Artes Visuales, el prestigioso certamen que brinda más de 4 millones de pesos en Premios Adquisición e incluso una Beca de estudio para realizar una residencia artística en el exterior y así potenciar la formación y expandir el talento de nuestros artistas argentinos al mundo.
El Concurso de Artes Visuales de UADE se realiza de manera ininterrumpida desde el año 2006 y cuenta con la colaboración de un selecto jurado en cada edición: figuras del medio artístico con trayectoria acreditada que integran o dirigen Instituciones Culturales, Museos y Galerías de Arte.
Como cada edición, se otorgarán importantes premios adquisición:
Premio UADE a las Artes Visuales: 6.000 dólares más BECA PFE (Beca
Programa Formativo en el Exterior)- Adquisición.
Gran Premio: 1.000.000 de pesos (Adquisición).
Premio Arte Joven: 800.000 pesos (Adquisición).
Premio Estímulo a las Artes Visuales: 500.000 pesos (Adquisición).
La intención de los premios adquisición, elegidos por el jurado, es de ampliar la Colección de Arte Contemporáneo de UADE: un cuerpo de obra plural y diverso, compuesto por 65 obras de diferentes técnicas y formatos. Entre ellos, estarán: Adriana Lauría (Curadora y Crítica de Arte); Gachi Prieto (Directora de la Galería Gachi Prieto); Juan Astica (Artista y Curador de Arte); Laura Feinsilber (Crítica de Arte y periodista de Ámbito); Claudia Cortez (Vicerrectora de UADE y Decana de la Facultad de Comunicación) y Horacio De Las Carreras (Miembro del Consejo de Administración de UADE).
El jurado realizará una minuciosa preselección de alrededor de 50 obras. Las elegidas, participarán de la Muestra del 18° Concurso Nacional UADE de Artes Visuales que se inaugurará el jueves 26 de octubre en el nuevo espacio de UADE Art (Lima 717).
+ información:
https://www.concursoartesvisuales.uade.edu.ar/
A partir del 26 de octubre.
UADE Art (Lima 717).
CONFLICTO Y ARMONIA
En el espacio La línea piensa, que dirigen Eduardo Stupia y Luis Felipe Noé, el orden narrativo que propone aquí Celina Baldasarre, convenientemente alterado por las influencias de su espíritu metafórico, empieza a manifestarse sobre el soporte insólito y exigente de enormes rollos de papel, uno de cuyos formatos mide más de tres metros de alto. Fatigando hasta el último resquicio de un plano rebatido y sin aire, un adoquinado de formas análogas aunque irregulares se agolpan, entremezclan y amontonan unas sobre otras, unas contra otras, como si hubieran sido descargadas de un camión remolque frente a los ojos de la artista. Un caudaloso alud ha quedado inmóvil, cristalizado y perfectamente encastrado en sus infinitas partes, como la pared de una montaña escenográfica reconstituida en vertical. Baldasarre logra aquí que la conformación artificial de semejante artefacto gráfico parezca casi el registro de un extraño fenómeno geológico, y de paso revela ante nosotros la naturaleza misma del dibujo.
Del 12 de julio al 20 de agosto. Puede visitarse de lunes a sábados de 10 a 21 y domingos de 12 a 21.
Entrada libre y gratuita.
Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín).
CONJURAR LA MONOTONÍA DE LOS DÍAS
Con la curaduría de Rodrigo Alonso, se presentan obras de Daniel Muchiut, Guillermo Franco y Gisela Volá y Nicolás Pousthomis.
Desde sus inicios, el desarrollo técnico de la fotografía se basó en el perfeccionamiento de dos aspectos fundamentales: la calidad de las imágenes y el tiempo necesario para obtenerlas. El primero permitió acceder a una representación vívida del mundo; el segundo, a la sensación de poder conservar sus acontecimientos en un presente estático y permanente. Desde entonces, la fotografía construye una relación cada vez más mediatizada y vertiginosa con la realidad y el tiempo, que alcanza su apogeo en las redes sociales contemporáneas, con su urgencia por registrarlo todo, compulsivamente y sin cesar.
Los proyectos de Daniel Muchiut, Guillermo Franco y Gisela Volá/Nicolás Pousthomis existen en una temporalidad muy diferente, de períodos largos, lentitudes y esperas. Muchiut realiza filmes y ensayos fotográficos compartiendo la vida de distintas personas durante tiempos muy prolongados –en general, varios años. Franco cimenta su trabajo en ciertos hallazgos visuales y formales que tardan en aparecer, aun cuando luego se resuelvan de manera instantánea. La propuesta de Volá/Pousthomis es el resultado de 25 años de convivencia, traducidos en postales evanescentes de una temporalidad final anacrónica e imprecisa.
Tiempo, relato y cotidianidad confluyen en estos tres proyectos ofreciendo una perspectiva radicalmente diferente de la realidad a la que plasman las redes sociales y los medios. Una perspectiva que devuelve el valor al acontecimiento y al instante, para conjurar la (discutible) monotonía de los días.
Del 16 al 22 de diciembre. Puede visitarse de martes a viernes 14 a 20 y sábados de 15 a 20.
Arte por Arte (Lavalleja 1062).
COREOGRAFÍA DE LO IMPOSIBLE
Como parte de un acuerdo de colaboración entre Malba, la Fundação Bienal de São Paulo y la Embajada de Brasil, en marzo se presenta por primera vez en Buenos Aires un recorte de la 35ª Bienal de São Paulo – Coreografías de lo Imposible, en diálogo con la exposición individual de la artista afrobrasileña Rosana Paulino, que también fue parte de la Bienal.
El colectivo curatorial –compuesto por Diane Lima, Grada Kilomba, Hélio Menezes y Manuel Borja-Villel– estuvo a cargo de la selección de las obras que se exhibirán en Buenos Aires en dos sedes: Malba y el Palacio Pereda, perteneciente a la Embajada de Brasil. En el museo se presentarán piezas de Arthur Bispo do Rosario, Aurora Cursino dos Santos y Ubirajara Ferreira, que se caracterizan por haber sido realizadas por los artistas durante su confinamiento en instituciones psiquiátricas; junto a la obra de la diseñadora de la identidad de la Bienal, Nontsikelelo Mutiti. Se trata de un conjunto de 25 piezas que ocuparán la sala 1 del museo. En la Embajada se exhibirán las obras de Aline Motta, Elda Cerrato, Gabriel Gentil Tukano y Manuel Chavajay.
Coreografías de lo imposible, que tuvo lugar en el Pabellón Ciccillo Matarazzo del Parque Ibirapuera entre el 6 de septiembre y el 10 de diciembre de 2023, incluye trabajos procedentes de contextos de luchas y resistencias. Estas obras, que aquí encontrarán nuevas miradas, ofrecen la oportunidad de despertar sensibilidades y remodelar perspectivas. Según los curadores, la selección “reúne un conjunto de prácticas artísticas y movimientos culturales y sociales que desafían lo imposible de formas diversas e incalculables. Se refieren a modos de expresión que lidian con la violencia total, la imposibilidad de la vida en completa libertad y los límites de la idea de justicia. Al igual que sus lenguajes, impactados por los desafíos cotidianos de los tiempos y contextos en los que viven, coreografían posibilidades estéticas y políticas en las que manifiestan saberes y conocimientos que se construyen, sobre todo, a partir de la memoria del cuerpo”, destacan.
Del 22 de marzo al 27 de mayo. Puede visitarse de jueves a lunes de 12 a 20 y miércoles de 11 a 20. Martes cerrado.
Entrada general, 5.000 pesos. Estudiantes, docentes y jubilados con acreditación, 2500. Menores de 5 años sin cargo. Miércoles, entrada general 2.500 pesos.
Sala 5, Nivel 2 Malba (Figueroa Alcorta 3415).
Couleurs à Trois
Del 27 de junio al 30 de julio, en la Sileo Gallery (Azcuénaga 1968) se presentan tres artistas con diferentes estilos y temáticas: Marie Barni, Alex Braña y Miguel Fridman. Una gran oportunidad para disfrutar del arte contemporáneo en un espacio en que se lucen las obras. Se exhiben pinturas, miniesculturas y objetos. Con la curaduría de Eleana Pardini y Susana Araujo.
MARIE BARNI
Lo importante en una artista es buscar siempre nuevos caminos e incursionar en nuevas técnicas. Ése es el caso de Marie Barni. No le gusta encasillarse y cuando se embarca en una línea de acción, le apasiona indagar, jugar alrededor del tema, investigar y darle un contenido a su obra. Pasó por distintas etapas que nunca las abandona del todo. Artista autodidacta, comenzó con una serie sobre los animales, algunos domésticos y otros salvajes en peligro de extinción. Luego, se apasionó por Modigliani, un artista que vivió atormentado y que la subyugó desde el día en que se adentró en su historia. Más tarde, llegaron las amantes de los reyes, y realizó una serie de personajes históricos que derivó en una serie fantástica dedicada a las mujeres y las asimetrías. En su búsqueda constante de nuevos caminos, durante la cuarentena, comenzó a tomar cursos de escultura, cerámica y modelado. Se compró un horno y se sumergió en ese mundo maravilloso con pequeñas y delicadas esculturas con un fuerte toque femenino, moderno y sutil. Las “coquitas”, esos rodetes infantiles tan característicos de la infancia, están presentes en todas estas piezas. Ha participado de ferias y bienales en el país y en el exterior y ha recibido numerosas distinciones en distintos certámenes.
ALEX BRAÑA
Desde muy chica Alex dedicó mucho tiempo al dibujo y a la pintura. Y eso es fácilmente verificable en todos sus trabajos. Siempre aclara, “Pintar, siempre fue la manera de expresar mis sentimientos y transmitir todas mis experiencias”. En los años 70, se formó en el exterior con un artista de arte Naif, en El Salvador. Ya de regreso en Argentina y mientras trabajaba en la actividad de su carrera de grado, asistió a los talleres de Ana Moller, de Heriberto Zorrilla, al taller de arte aplicado a la decoración de Beatriz Sevilla y al taller de Rebecca Mendoza.
La obra de Alex Braña está presente en los más importantes Salones y ferias tanto en galerías, como centros e instituciones culturales, museos y ha participado de La Noche de los Museos y de numerosas subastas a beneficio. Ha expuesto también en Bergamo (Italia), Davos (Suiza) y New York (Estados Unidos) por mencionar sólo algunos.
Alex establece un paralelo entre la aventura de vivir y la evolución de su obra pictórica. Se permite expresar libremente mientras juega entre puertos, ventanas y flores. Elige que sus obras transmitan un mensaje de paz y de amor a la vida y de libertad. Por eso sus puertos se fueron desarmando y se convirtieron en obras abstractas con ventanas, puentes y líneas por donde se puede salir. Ella respeta su necesidad interior más allá de los límites, por eso también pinta flores, que son el símbolo de la alegría y de los sentimientos positivos.
MIGUEL FRIDMAN
Se trata de un artista con una sólida formación. Cursó estudios en la Escuela Prilidiano Pueyrredón y asistió a los talleres de Adolfo Nigro, de modelo vivo, con Ernesto Pesce en el Museo Nacional de Bellas Artes y con Guillermo Fernández (Montevideo), discípulo de José Gurvich, Cristina Dartiguelongue y Juan Astica. Ha participado de gran cantidad de muestras en el país y en el exterior. Participó en arteBA con la galería Laura Haber, fue seleccionado para la Bienal de Artes Visuales de Areatec y para el Salón Manuel Belgrano del Museo Sívori.
Sobre su pintura, escribió la crítica Margarita Fernández en ocasión de la muestra que presentó en la galería Buenos Aires Fine Art “Las pinturas de Miguel Fridman aparecen a primera vista como carnaval de colores sobre el muro blanco. La percepción del observador destella y provoca su saturación ante el deslumbramiento del uso del color que hace el artista, desde el amarillo, rojo anaranjado, azul, gris, negro y sus complementarios. Pero a poco que logramos superar este caleidoscopio de colores y nos acercamos a cada una de las obras, vemos también indicios de una muy personal caligrafía que se imprime sobre esos fondos tan luminosos y cómo no, estridentes en algún caso. Así, las líneas gruesas que se desenroscan simulando serpentinas carnavalescas, de pronto son ondulaciones en el azul profundo de un océano imaginario, y otro observador atento tratará de armar ese rompecabezas donde se repiten una y otra vez letras, caracteres de otros alfabetos, marcas cuneiformes, huellas de la civilización. New York, edificios, constelaciones y trazos gruesos que ¿tapan? O descubren y habitan con la humanidad en estas obras plásticas. La construcción de un imaginario fantástico no nos impide ver la realidad plasmada en ese aparente fluctuar donde conviven la imagen del mundo en continua metamorfosis en la paleta del pintor”.
Del 27 de junio al 30 de julio. Puede visitarse todos los días.
Sileo Gallery (Azcuénaga 1968).
CROMOLÓGICAMENTE
La exposición es un resumen de las principales pinturas color que Mariano Molina ha realizado en los últimos años y habla, específicamente, sobre las multitudes en un perfil de obra muy colorido y de gran formato con la técnica de pintura acrílica aplicada con aerógrafos. “Molina propone partir de la imagen constituida por el registro fotográfico y descolocarla a través de la vibración del color: no se trata de deshacerla, ni de convertirla en abstracta. La imagen se convierte en vibración. (…) Así como en música se habla del color del sonido, en su obra de se podría hallar el sonido del color”, expresa el artista plástico y crítico de arte, Luis Felipe Noé.
Del 4 al 30 de abril. Puede visitarse de lunes a viernes de 10 a 15.
Alejandro Bustillo - Hall del Banco Nación Sucursal Plaza de Mayo (Avda. Rivadavia 325).
CUANDO LA FE MUEVE MONTAÑAS. DOS DÉCADAS DESPUÉS
Una exhibición del artista interdisciplinario Francis Alÿ s con curaduría de Cuauhtémoc Medina sobre el emblemático proyecto
Cuando la fe mueve montañas, realizado en abril de 2002 para la III Bienal Iberoamericana de Lima.
La exposición reúne material de archivo de diverso orden como documentos, bocetos, pinturas, fotografías, videos y textos que construyen en conjunto la narrativa de esta obra que solo duró unas horas, pero que forma parte de la mitología del arte contemporáneo.
Cuando la fe mueve montañas es un evento de motivación política y expresión poética, una acción monumental concebida como un proyecto absurdo y ejecutada por el poder del entusiasmo colectivo. Es también un relato que se expande como rumor y se multiplica desde entonces hasta hoy.
La génesis de
Cuando la fe mueve montañas estuvo marcada por circunstancias únicas. La III Bienal Iberoamericana de Lima, 2002, además de abrir el arte peruano a una conversación global, pretendía debilitar el cerco que la dictadura de Alberto Fujimori había impuesto al centro de la capital. Cuauhtémoc Medina fue invitado para la Bienal como curador de México y convocó a Francis Alÿs para la realización del proyecto, que comenzó a gestarse cuando juntos exploraron la ciudad durante la Bienal anterior. Alÿs recorrió las urbanizaciones informales de Ventanilla y quedó asombrado con la resiliencia de los inmigrantes de origen campesino que estaban transformando la ciudad en una megalópolis. La sensación de desesperación social y política del momento le sugería la necesidad de proponer una “respuesta épica” en la forma de una alegoría social. Para el artista, era imprescindible efectuar un gesto memorable y esperanzador. En sus palabras: “un beau geste a la vez inútil y heroico, absurdo y urgente.”
Escribió Francis Alÿs en 2002:
Cuando la fe mueve montañas intenta traducir las tensiones sociales en relatos que, a su vez, intervengan en el paisaje imaginario de un lugar. La acción procura infiltrarse en la historia local y en la mitología de la sociedad peruana (incluidas sus historias del arte), para insertar otro rumor en sus narrativas. Si el guión cumple las expectativas y logra interpelar las angustias de esa sociedad en ese tiempo y lugar, puede convertirse en un relato que sobreviva al propio acontecimiento. Es entonces cuando tiene el potencial para convertirse en una fábula o un mito urbano. (...) La duna se movió: no fue una ficción literaria; eso efectivamente sucedió. No importa cuán lejos, y de hecho solo se produjo un desplazamiento infinitesimal, pero al viento le hubiese tomado años mover una cantidad de arena equivalente. Así que fue un pequeño milagro. La historia comienza allí. Y las interpretaciones que de ella se hagan no tienen que ser precisas, sino tener la libertad de ir moldeándose con el tiempo.
Del 10 de agosto al 30 de octubre. Puede visitarse de jueves a domingos de 12 a 19, con entrada libre y gratuita.
Proa 21 (Pedro de Mendoza 2073).
CUÁNTO PESA EL AMOR
Esta muestra colectiva cuenta con la curaduría de Daniel Fischer. Luego de “Breve historia de la eternidad”, realizada en estas mismas salas en 2023, Fischer presenta ¿Cuánto pesa el amor?, una exhibición que ocupa 1.500 metros cuadrados donde se podrá disfrutar de las obras de más de 60 artistas nacionales e internacionales, de todos los tiempos y en todos los formatos: fotografías, instalaciones, pinturas, esculturas, videos y fragmentos textuales provenientes de la ciencia ficción o que surgen de conceptos filosóficos y comparten tópicos, mitos y relatos sobre el amor.
Los artistas que participan son: Amalia Amoedo, Manuel Ameztoy, Gabriel Baggio, Fabiana Barreda, Fabián Bercic, Antonio Berni, Delia Cancela, Claudia Casarino, Ailí Chen, Cynthia Cohen, Nicola Costantino, Angela Copello, Flavia Da Rin, Petu de Mareca, Claudia del Río, Elisa Estrada, León Ferrari, Mónica Fierro, Yiyú Finke, Ana Gallardo, Daniel García, Nicolás García Uriburu, Edgardo Giménez, Sara Goldman, Carlos Gorriarena, Vicente Grondona, Yuyo Gardiol, Carlos Herrera, Roberto Jacoby, Daniel Joglar, Alexandra Kehayoglou, Fernanda Laguna, Fabiana Larrea, Pablo Lehmann, Marcos López, Matilde Marín, Hernán Marina, Ulises Mazzucca, Paloma Mejía, Adriana Minoliti, Marta Minujín, Margarita Paksa, Alberto Passolini, Teresa Pereda, Débora Pierpaoli, Josefina Robirosa, Jéssica Sandoval, Diana Schufer, Paula Senderowicz, Cindy Sherman, Pablo Suárez, Paola Sferco, Soledad Sánchez Goldar, Mariana Tellería, María Torcello, Paula Toto Blake, Monica Heller, Liliana Porter, Silvia Rivas, Susana Perez, Anatole Saderman, Mónica Van Asperen y Silvia Hauton.
Daniel Fischer se pregunta, como lo hiciera Raymond Carver, "¿de qué hablamos cuando hablamos de amor? ¿Cuál es su estatuto? ¿Cuál es esa pulsión que gobierna nuestros cuerpos y sentidos? Llenos de pistas y señales, cuidadosamente seleccionadas, el peso del amor se hace presente en esta muestra de manera ingrávida y a la vez contundente”, apunta Fischer.
Y agrega: “La exposición, llena de nostalgia neblinosa y por momentos sombría, actúa como un inframundo límbico, como un borde para el espectador que medita y reflexiona sobre las distintas tecnologías que se ponen de manifiesto, físicas y emocionales, a la hora de pensar en el amor (...). La creación en este recorte de obra es concebida como un portal o ventana mágica que permite adentrarnos y pensar en la mística, en el misterio y en la espiritualidad sostenida con el amor, el dolor y el silencio”.
Del 18 de abril a fines de mayo. Puede visitarse de martes a viernes de 13.30 a 22 y sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22, con entrada libre y gratuita.
Sala Cronopios, J y C del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930).
CUENTOS INCONCLUSOS
Una exposición que se despliega en los lenguajes más diversos –pintura, escultura, instalación, dibujo– venciendo los límites con que alguna vez los sofocó la búsqueda de pureza de los medios. La exposición se depliega en la sala principal de la galería y está acompañada con un texto de Graciela Speranza,
"Los comienzos son pura promesa, los finales, pura pérdida. Algo definitivamente acabaen el final de un relato y, aunque es allí donde se define el sentido, en nuestra experiencia más íntima no hay cierres, todo continúa. De ahí la aspiración de contar historias sin finales, aún a riesgo de que pierdan el sentido. Fiel a ese deseo de un mundo abierto como la vida misma, la obra de Liliana Porter es desde hace décadas un mundo de cuentos inconclusos. No de obras fatalmente inacabadas, como la Sinfonía en si menor de Schubert, la “inconclusa”, ni de obras inacabables por su ambición desmedida, como Bouvard y Pécuchet de Flaubert, ni tampoco de las deliberadamente inacabadas como los Esclavos de Miguel Ángel, los tres retratos de su esposa que Manet dejó a sabiendas incompletos, o las pinturas por números de Warhol. Inconcluso, a la manera de Porter, significa liberado de la fatalidad del cierre, de las reglas fijas de los relatos didácticos, consoladores o trágicos, y por lo tanto suspendido en la inminencia de algo que podría suceder y no siempre sucede, abierto a la imaginación del que mira.
No es casual entonces que Porter nos invite ahora a entrar a su mundo de fábulas mudas a través de la pantalla, como Alicia entra al suyo a través del espejo, con una serie de relatos animados compuestos a dúo con Ana Tiscornia que lleva por título Cuentos inconclusos. Frases sueltas recortadas de viejos libros o revistas prometen una historia–“Un feliz encuentro”, “Aunque parecía extraño”–, abren preguntas metafísicas –“¿Quién eres?” “¿Qué será de mí?”– y hasta coquetean con un final, pero el elegidísimo elenco de figuritas frustran las respuestas o apenas las insinúan al ritmo del montaje y la música quelas animan. Porque, veamos: ¿los novios que bailan enamorados acaban por separarse? ¿Y a dónde va, arrastrado, ese variopinto grupo de viajeros? ¿Un hombre y una mujer por fin se encuentran en el laberinto de caminos que parecen apartarlos? A veces, sólo basta un primer plano para que las miniaturas venzan su inercia, su estolidez de porcelana, y consigan hablar con la mirada. Pero ¿qué dicen? En el vacío del final y del sentido, a veces se cuela el absurdo, o la simple admiración por esos dobles artesanales del mundo adulto que dan cuerpo material a las fantasías infantiles. Nunca falta esa fenomenología aplicada con que las situaciones de Porter (“conmovedoras, triviales y a la vez sublimes”, escribió Claire Bishop) trastocan la banalidad de sus juguetes, adornos y figuras, y tampoco falta el humor. Como una última ironía, el clásico “Fin” en letras de molde que alguna vez coronó los finales en el cine o en los libros aparece aquí después de los créditos, cuando todo ha quedado definitivamente... inconcluso. Pero las historias sin finales solo acaban de empezar en la pantalla y el mundo de Porter se dilata de ahí en más en tres dimensiones. No solo se despliega en los lenguajes más diversos –pintura, escultura, instalación, dibujo–, sino que vence los límites con que alguna vez los sofocó la búsqueda de pureza de los medios. Una fragata de juguete está a punto de naufragar envuelta en el azul de una ola monumental que estalla pintada en una tela, una maraña de hilos verdaderos se vuelve infinita en la tela dibujada, un hombrecito diminuto enfrenta la anárquica tarea de perforar una y otra vez una pared de la sala. Sin los finales atávicos de los relatos, el tiempo también se expande y deja a los personajes en un limbo en el que no hay calendarios, ni relojes, ni flashbacks, ni fastforwards, ni siquiera devenires de la Historia.
Pero el mundo menudo de Porter también quiere vencer sus propios límites de tamaño y se abre al desafío de la gran escala, como si ahora prometiera una saga épica, una novela decimonónica, una serie de TV de muchas temporadas, una suma poética: un cuento inconcluso se derrama en los ocho metros de una tarima que el que mira tendrá que componer en la marcha. En el comienzo hay una mujer que barre, personaje central si se atiende al título, de un protagonismo paradójico considerando sus escasos cinco centímetros.
Pero ¿qué epopeya podría inspirar una mujer ensimismada en una tarea trivial, doméstica, tediosa, totalmente ajena a las peripecias memorables de las heroínasrománticas o las que consiguieron su “cuarto propio”? Su estatura se eleva, sin embargo,en cuanto se considera la proeza titánica que tiene por delante. Debe barrer los destro-zos que dejaron otros relatos, lidiar con los que se resisten a disolverse en el olvido–caminantes que perseveran, diálogos insólitos, divas extraviadas–, y también borrar consu escobillón minúsculo el caos mayúsculo de un mundo descalabrado que hacia el final(inconcluso) adquiere proporciones reales y escapa a su reino ficticio:sillas, violines yhasta un candelabro que alguien olvidó encendido. Como frente a la pantalla, el que miraqueda librado a imaginar en qué relato podría caber semejante acopio de piezas desco-yuntadas o hilar los fragmentos de una historia que en la dispersión infinita se resiste acerrarse. Y es que el mundo de Porter parece querer alojarlo todo, una ambición que talvez dé una clave del sentido esquivo.En sus “situaciones” reina implícito el “Ven, entra, sí, quienquiera que seas, cualesquieraque sean tu nombre, tu lengua, tu sexo, tu especie, seas humano, animal o divino”, conque el filósofo argelino intentó definir la hospitalidad. Gran teatro de la hospitalidad, laobra de Porter acoge al otro, al diferente, al extranjero, sin formular preguntas. Transgredeumbrales y fronteras hasta crear unsin lugarutópico, una geografía posible de la proxi-midad y la intimidad que reúne lo que la historia, las religiones y las ideologías separan, yreconcilia al hombre con otras especies en un intercambio de dones silencioso en queel lenguaje momentáneamente se acalla. Esperanzada, conserva también restos, briznas,añicos. Quién sabe si en algún relato futuro todo pueda ser recompuesto.
Si sus Cuentos inconclusos llevaran un epígrafe, cabrían unos versos de Roberto Juarroz:“Quizá un lenguaje para los finales exija la total abolición de los otros lenguajes, la imperturbable síntesis de las tierras arrasadas. O tal vez crear un habla de intersticios, que reúna los mínimos espacios entreverados entre el silencio y la palabra y las ignotas partículas sin codicia.”Quizás, a fin de cuentas, sus cuentos no sean, lo que se dice, inconclusos. Es probable que “entre el silencio y la palabra y las ignotas partículas”, Porter haya encontrado su propio lenguaje para los finales.
Desde el 9 de marzo. Puede visitarse de martes a sábados de 14 a 19.
Ruth Benzacar (Juan Ramirez de Velasco 1287).
Inauguración: sábado 9 de marzo, desde las 17h